Ayer hice noche, como es habitual en nuestras escalas, en el Novotel Campo de las Naciones de Madrid. Al llegar a la amplia recepción me encontré con Irene, la mítica auxiliar de la base de Pamplona en los tiempos del Imperio. Muchos perdíais el tiempo en el avión, tratando de tocar el ala del traje de aquellos que nos llevaron a donde estamos, en vez de disfrutar de la melancólica mirada de la bella extremeña y ahora la echáis de menos en el Alvia. Hacía tiempo que no coincidíamos. Se fue a volar a Emirates. Vestida con el traje beis, el gorro burdeos y el pañuelo blanco cayendo sobre la cara, típico de la aerolínea árabe, estaba impresionante. Como les conté en un tweet, por supuesto, le propuse cenar juntos.
Después de quitarme el uniforme y darme una ducha, bajé al restaurante. Allí, mientras le esperaba, me volví a sumergir en los documentos que Garganta Profunda me había facilitado en el Niza. Pronto tuve que llamar al camarero para ver si podía conseguirme una calculadora. Los ojos me bailaban como el sol bailó en Fátima al intentar cuadrar aquel marasmo de números.
¡No te lo pierdas! El Parlamento nos cuesta 12 millones de Euros ¡cada año!. 2.000 millones de pesetas al año, porque yo hablo en pesetas todo aquello que es más grande que mi sueldo.
¿Verdad que siempre habías pensado que el Parlamento nos costaba algo así como 6 millones de euros?
- 50.000€ de sueldo x 50 parlamentarios = 2.500.000€
- Un poquito más que eso para pagar el edificio y el personal que en él trabaja…
Pues no. No son 6 millones de euros. Es el doble. Son 12 millones de euros. ¿Por qué? Pues porque cada parlamentario forma parte de un grupo parlamentario. Y cada grupo parlamentario come billetes con la fruición que comía galletas el monstruo de Barrio Sésamo.
Miren. Por el hecho de ser grupo parlamentario, cada año, ¡cada año!, ese grupo percibirá como asignación fija 97.000€. ¿Les suena esta cifra de algo? ¿Verdad que no? Sin embargo, los 95.000€ que costaban los cuadros desaparecidos de la Colección de Arte de la CAN los han visto en boca de medio arco parlamentario, que mientras tanto rezaba a Sabino para decir 95 y no 97, no vaya a ser que se destape la liebre.
Pero no se vayan todavía, que aún hay más...
Cada grupo recibe:
- Por gastos de Funcionamiento: 1.462 € al mes por parlamentario
- Por gastos de Organización: 1.117 € al mes por parlamentario
¿A que no saben ustedes en qué se diferencia un gasto de funcionamiento de un gasto de organización?
Pues nosotros tampoco.
Y nuestro Garganta Profunda tampoco. Pero bueno, siempre podemos decirles que los gastos de funcionamiento son aquellos necesarios para el funcionamiento del grupo parlamentario, y que los gastos de organización son los necesarios para la organización del grupo parlamentario.
O quizá sea que unos gastos son por ser y otros por la potencia del ser… Quizá descubramos ahora toda una nueva corriente filosófica en Navas de Tolosa, 1. De filosofía de la vida saben mucho, desde luego.
Y no se vayan todavía, que aún hay más:
- Gastos de Personal y Actividad: 1 117 € al mes por parlamentario.
¡Caray!
O sea, que un grupo parlamentario de 25 parlamentarios se emplumaría cada mes 92.400€.
Y un grupo parlamentario de 10 parlamentarios se endosa 36.960€/mes. ¿Se imagina usted que para la organización y funcionamiento de su casa de cuatro personas dispusiera a fondo perdido de 14.784€ mensuales?, ¿o para su taller de seis empleados de 22.176€/mes? ¿O para su despacho de abogados de ocho empleados de 29.568€/mes?
¿Se imagina?
¿Y hasta hoy nadie ha dicho nada de esto? ¿Estamos pagando un “Parlamento de Navarra” o una “Empresa de políticos” que les sostiene, y muy bien, mientras dura su mandato?
Con unas alpargatas de esparto, unos vaqueros claros ajustados, una camiseta morada y el pelo recogido en una coleta sujeta con una goma roja de las que usaba cuando volaba con nosotros, apareció Irene en el comedor. Aquello sí que era una obra de arte, aunque nunca estuviera en las paredes de la CAN.
Recogí los papeles en el sobre, cerré mi Sheaffer, la miré a los ojos, llamé al camarero y pedí una botella de Pago de Carraovejas. Esa noche, pagaría yo de mi bolsillo la cena. No todos los días uno tiene la oportunidad de cenar delante de los ojos más bonitos del cielo.
La Comunidad del Vecino
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