Opinión

La Mancomunidad de la Ribera incumple el Plan de Residuos

La materia orgánica es es el elemento más abundante en la composición de los residuos urbanos (40%) y el que más problemas ambientales produce por sus emisiones de gases efecto invernadero... y porque sus lixiviados presentan altos niveles de contaminación.

En el caso de la Mancomunidad de la Ribera es pública y notoria su deficiente gestión a lo largo de los años, con problemas de lixiviados y su falta de tratamiento in situ, emisiones a la atmósfera por falta de canalizaciones de recogida de gases y problemas de impermeabilización de vertedero con contaminación del subsuelo.

La Mancomunidad de la Ribera sigue prometiendo el despliegue del 5º contenedor para la recogida selectiva de la materia orgánica, sin tener previsto plazos, tipo de contenedores, ni habilitación presupuestaria. Todo un récord en desprecio a la legislación ambiental vigente.

El Plan de Residuos de Navarra, redactado en el año 2016, ya establece incentivos o penalizaciones en relación con la calidad y cantidad de materia orgánica recogida selectivamente. Premia a las Mancomunidades que se esfuerzan por cumplir los objetivos y penaliza a las que incumplen. En sus objetivos de desarrollo de contenedores, el Plan marca que el 75 % del despliegue se efectuará antes del 1 de enero de 2020, alcanzando el 100% antes del 1 de enero del año 2022. Ni el primer plazo se ha cumplido, ni el segundo se va a cumplir, según las declaraciones recientes de Fermín Corella, gerente de la entidad.

El Plan de Residuos marca como segundo objetivo en materia orgánica que la cantidad de materia orgánica recogida selectivamente sea como mínimo del 50% antes del 1 de enero de 2020 y el 75% antes del 1 de enero del año 2022. Este es el objetivo más importante (al fin y al cabo la implantación de contenedores es un mero instrumento para alcanzar este objetivo de recogida selectiva, aunque existen otros medios igual o más efectivos, como el Puerta a Puerta). Nuevamente ni el primer plazo se ha cumplido, ni el segundo tampoco se puede cumplir. La causa es la desidia en la implantación de las infraestructuras necesarias (contenedores, recogida Puerta a Puerta u otros). Se avisó con tiempo, pero en la práctica no se ha hecho ningún esfuerzo a lo largo de estos últimos años.

De acuerdo al último Balance de Resultados del año 2020, la Mancomunidad de la Ribera carece de Compostaje Doméstico y Comunitario y la recogida selectiva en el 5º contenedor es testimonial, apenas un 2%.

La Ley Foral de Residuos, aprobada en junio de 2018, establece un régimen sancionador para los incumplimientos en materia de residuos y crea el Fondo de Residuos nutrido entre otros ingresos, por los importes recaudados de las sanciones impuestas a las Mancomunidades, por la comisión de infracciones.

El cinismo de los gestores de la Mancomunidad de la Ribera no parece que tenga límite: Chantajean a la Administración solicitando subvenciones para cumplir con la obligación de la recogida selectiva de la materia orgánica. ¿Se atreverá la Administración a sancionarles por infringir la legislación en lugar de subvencionarles? Las leyes hay que cumplirlas, sobre todo por las entidades públicas.

Los gestores de la Mancomunidad de la Ribera parece que no se han enterado de que el Gobierno de Navarra, el 24 de septiembre de 2019, declaró institucionalmente la situación ambiental de Emergencia Climática, donde los Residuos tienen una gran influencia negativa.