Opinión

¿Peajes en las caterreras?

Estos días ha saltado la alarma entre los conductores a raíz de la intención del ejecutivo de cobrar un peaje por la utilización de las carreteras a partir de 2024. Se habla de 1 céntimo de euros por kilómetros salvo en algunas excepciones. Todo ello en base a un déficit de inversión en el mantenimiento de nuestras carreteras de unos 8.000 millones de euros. ¿Es realmente necesario o existen otras alternativas?

En base a las cifras me alineó claramente con la existencia de otras alternativas. Por mucho que el gobierno de PSOE y Unidos podemos se haya comprometido a ello, me da la impresión de que por el momento han decidido a sondear a la opinión pública a ver como cala esta futura medida. A tres años vista pueden cambiar muchas cosas, no necesariamente a peor, y existir mejores alternativas. Vamos a ello.

Mantener nuestras carreteras y vías de alta capacidad nos cuesta unos 2.000 millones de euros al año, con un déficit de inversión acumulado de unos 8.000 millones de euros.

La cifra que aportamos la suma de todos los conductores vía impuestos, donde se incluyen el impuesto de circulación, los peajes, ya existentes, el impuesto sobre hidrocarburos, el de matriculación, ITV, el IVA, o por transferencia de vehículos de segunda mano como principales, asciende a unos 30.000 millones de euros. Unas 15 veces más...

¿Es entonces una medida necesaria?

Desde luego que no. Lo que ocurre es que los impuestos no tienen una función finalista ya que en este caso, y en muchos otros, van a otras partidas presupuestarias. No obstante, en ninguns partida la desproporción es tan elevada.

Tenemos el ejemplo por citar uno de muchos el caso te televisión española con una audiencia escasa base a la inversión. Con ligeros ajustes solamente en este ente público y en algunos otros la medida de incorporar peajes no sería necesaria.

Otra opción mucho más razonable es la de que ciudadanos extranjeros contribuyan mínimamente a sufragar el coste de nuestras carreteras cuando las utilicen. Como se ve existen alternativas, lo único necesario es voluntad política.