Opinión

¿Libertad?

La libertad (en latín: libertas) en sentido amplio es la capacidad humana de actuar por voluntad propia: Real Academia España.

Voluntad propia: (del latín voluntas) es la potestad de dirigir el accionar propio. 

Cuando un dirigente político hace campaña con la palabra: libertad, se supone que se responsabiliza de la gestión de ese emblema. Visto el uso que de esta sagrada palabra se ha dado este tenebroso fin de semana, dejando en evidencia a la cantidad de; descerebrados que tenemos en este país ¿A quién se debería pedir responsabilidades?

Sin duda que en primer lugar a quienes se comportaron insolidariamente como si fuese la noche vieja de un estado sin pandemia, y que probablemente al terminar la fiesta, fueron a sus casas con el riesgo de contagio del virus a sus seres más queridos.

Pero inmediatamente después, a la que dijo en campaña: yo puedo hacer lo que me dé la gana porque tengo libertad, y los descerebrados la copiaron tal cual.

Es decir: si actúas proclamando la “libertad” deberás actuar con responsabilidad propia.

Deberás responsabilizarte de cuando dentro de 15 días, se llenen los hospitales por ese comportamiento asumiendo tu culpa.

Deberás de responsabilizarte de que los sanitarios, te digan que no pueden más.

De las UVIS llenas.

Deberás de responsabilizarte de que el turismo extranjero, al ver esas imágenes decida no venir a España.

Deberás responsabilizarte que, en la hostelería (que tanto usaste en tus discursos) se pongan la mascarilla los clientes que en el 90% de las ocasiones se la quita nada más sentarse, mientras que los camareros la llevan responsablemente en todo momento.

El ganar ampliamente y con absoluta legitimidad (todos los ganadores en democracia de las elecciones en España han sido legítimos) unas elecciones, no te da derecho hacer lo que te dé la gana, sino todo lo contrario, te obliga a ser responsable.

Esto también es aplicable a todos los políticos de toda condición, que con sus enfrentamientos y falta de respeto entre ellos, provocan la falta de credibilidad en las instituciones, con el consiguiente desencanto de los ciudadanos.

Porque la LIBERTAD es mucho más que un eslogan o una palabra al viento.

 Porque debemos saber que: Mi libertad se termina dónde empieza la de los demás.