Opinión

Generación de empantallados

Soy de una generación que en los primeros años de escolaridad lo más parecido que conoció a la tablet fue una pizarra individual de un tamaño similar al dispositivo electrónico y, en lugar de tener un apple pencil o bolígrafo digital, disponía de un pizarrín para escribir. El tiempo libre estaba orientado sobre todo al juego en la calle. Como podrá comprenderse, mi generación ha asistido a un cambio espectacular en el acceso a la información a través de Internet y en la ocupación del tiempo libre.

Lo cierto es que Internet nos ha cambiado la vida, el tiempo libre y las relaciones de la mayoría de las personas en todo el mundo. Ha sido una transformación extraordinaria, increíble. Cada día nos sorprenden con nuevos avances. No es exagerado afirmar que ahora el tiempo libre está asociado inexorablemente a la consulta de los dispositivos electrónicos, en particular el smartphone y al acceso a Internet. Estos cambios han venido de la mano de diferentes problemas. 

Por ejemplo, alteraciones y trastornos que afectan a la atención, a la concentración o al lenguaje de nuestros menores, de tal manera que algunos países están volviendo al boli, al papel y al libro aparcando las pantallas, como sistemas de aprendizaje escolar.

La tecnología online permite, por ejemplo, adquirir cualquier cosa que se nos ocurra en el ilimitado mercado de Internet y recibirla en nuestra casa en 24 horas. En el caso de la comida u otros productos, casi inmediatamente. 

Muchos trabajos se hacen desde casa con el ordenador. También vemos películas en nuestro salón y ya no vamos tan frecuentemente a los cines. Hay miles de páginas que permiten ligar y tener relaciones sexuales, es decir, podemos tener compañía sexual en cualquier momento, a un clic.  Buena parte de las actividades que hacíamos antes en un entorno público, que obligaban a salir a la calle, ahora se hacen en un entorno privado, desde nuestra casa. Esta, no hay duda, es una auténtica revolución. La pantalla parece ser el centro de nuestra vida, abduciendo a menores y mayores.

Pero, este desarrollo tecnológico ¿ha mejorado realmente nuestra salud, el bienestar y la calidad de vida? Feliz Navidad.

joseluisgarcia.net