Opinión

Protección de la salud ante lo trans. 1

Mediante el presente artículo, extractado del trabajo elaborado por colegas del grupo de ética de la Sociedad catalana de Medicina Familiar y Comunitaria, trato de divulgar esta apremiante realidad, oculta por terminología “nueva” también en los medios, por la imposición de una única versión queer que modifica sustancialmente las perspectivas de género y sexo y persigue toda crítica por transfóbica. 

Partimos de una situación que alarma: El tratamiento no comprobado a menores denominados trans es “posiblemente uno de los mayores escándalos en la historia de la medicina” así lo decían Christopher y Carina Gillberg profesores de psiquiatría infantil y adolescente en la Universidad de Götergorg, Suecia.


¿Qué está pasando?
La disconformidad de los menores con su sexo biológico tenía una incidencia de 1 de cada 10.000 niños por 10.000 niñas, según la American Academy of Pediatrics.
No obstante, esta incidencia está creciendo exponencialmente y se observa que la demanda se ha desplazado de menores en etapas preescolares a la pubertad y adolescencia, y que se da sobre todo en niñas, en quienes cirugías de reasignación en personas nacidas mujeres se cuadriplicó. Esto está pasando también en el Estado Español y en Cataluña.
Se trata de un fenómeno mundial que se atribuye a la “Disforia de género de inicio rápido” (ROGD)que se caracteriza por la presencia de disconformidad con el sexo biológico de inicio súbito, que sorprende a los adultos que rodean al/a la menor. Estos procesos acelerados de cambio están muy apoyados socialmente, sobre todo desde asociaciones proactivistas, redes sociales, inflluencers y youtubers. No es infrecuente que cuando los progenitores se enteran de la disidencia del o la menor del su sexo, esta persona ya haya hecho lo que se llama la transición social en su entorno y en las redes.
La infancia, y sobre todo la pubertad, una etapa compleja.
La construcción de la identidad en los niños, en etapas prepuberales y la adolescencia es compleja. La identidad sexual se forma de forma dinámica, versátil y progresiva en edades prepuberales y pubertad. La disconformidad con el propio cuerpo y la subjetividad cambiante es propia de la pubertad y la adolescencia. Son etapas donde los menores son muy influenciables y vulnerables, es con el paso del tiempo que vamos madurando y consolidando este y otros aspectos de su personalidad.
A veces conviven, problemas sociales de violencia acoso, trastornos del humor y de ansiedad, trastornos del comportamiento y diagnósticos del espectro autista. TDHA, trastornos alimentarios, etc.
La mayor frecuencia en niñas, se explica por la disidencia de sexo, en relación con
con los estereotipos “femeninos” impuestos, la violencia y el acoso sufrido por las adolescentes.
Se confirma que entre un 80/90% de los menores pre púberes que dicen sentirse del sexo contrario al biológico no lo continuaran sintiendo una vez pasada la pubertad.
La promoción y las iniciativas legales que se están haciendo de “la autodeterminación de género” en menores no conformes con su sexo –género creemos que amenaza el 

sano desarrollo y la salud de niñas y niños. La ideología de la “identidad de género sentida” promueve la existencia de cosas, gustos, actitudes, preferencias, etc., femeninas y masculinas, que si son opuestas al sexo constatado al nacer indican que se nació “en el cuerpo equivocado” y, por tanto, puedes ser trans. Hay que preguntarse si en lugar del cuerpo, la que está equivocada es la sociedad y las asignaciones de estereotipos en función del sexo (José Errasti, Marino Pérez Álvarez. "Nadie nace en un cuerpo equivocado. Barcelona: Editorial Deusto; 2022. 

Quizás más que provocar cambios físicos en el niño-adolescente, graves, peligrosos e irreversibles lo que haya que cambiar sean los roles y la aceptación social de la diferencia ̈.
Las tendencias actuales tanto en atención sanitaria, como social y legal a los menores disidentes de sexo-género se rigen por: 

Despatologizar, este discomfort no es una enfermedad. Desgraciadamente, en el caso de los menores, las propuestas de despatologización son seguidas de intervenciones muy medicalizadoras que se inician con bloqueantes de la pubertad, la gran mayoría pasan a tratamientos con hormonas cruzadas y muchos a cirugías de reasignación. Medicalización de por vida con cambio irreversibles, secuelas importantes y permanentes en la salud física y psicológica de un alcance que difícilmente puede ser comprendido en estas edades. Probablemente nadie entendería que en otras situaciones se aceptara que el diagnóstico no hiciera falta para un tratamiento que implica riesgos. ¿Nos podemos imaginar alguna persona auto medicándose insulina porque considera que le conviene? 

Garantizar su derecho al libre desarrollo de la identidad más que su derecho a transiciones. Se deberá tener en cuenta la función de madres-padres, tutores y educadores cuando se trate de tomar decisiones que comporten consecuencias importantes e irreversibles. 

Retrasar la transición social (cambio de nombre, rectificación en todos los documentos administrativos, carnet de identidad...) desde las primeras insinuaciones de disconfort. Esta transición social se hace en las redes y en los centros educativos, a veces sin el conocimiento de los progenitores, y respaldado también en diversas leyes trans, que aceleran esta transición social, en función de la autoidentidad sentida
Entre los jóvenes que transicionan se están describiendo cada vez más arrepentimientos, procesos de detransición y secuelas persistentes. También debemos señalar que la transición social, que ya se hace en los centros escolares y en las redes sociales, puede tranquilizar y funcionar muy bien a corto plazo, pero a largo plazo suele crear más angustia y conducir a la transición física como un hecho inevitable.
La evaluación profesional de las manifestaciones de disforia de género es imprescindible y debe incluir la evaluación de otras situaciones como la posibilidad de acoso, abusos físicos o sexuales, trastornos del espectro autista, depresión, etc. Se debe dar todo el apoyo posible para ayudarlos a sentirse cómodos con sus cuerpos. Acompañarlos en su paso por la pubertad y permitirles vivirla como tránsito a la edad adulta es lo mejor que podemos hacer por ellos. Así lo demuestra la asociación Amanda, madres en apoyo de sus hijas-hijos...a contracorriente!
Respetando su dignidad e intimidad, informando y acompañando profesionalmente a los menores en el proceso de identificación con calma y tranquilidad. 

“Es hora de darse cuenta que, cuando los activistas, los clubs de LGTQ+, los grupos de soporte, los médicos y terapeutas afirmadores, los periodistas que lo celebran y las clínicas de género dejen en paz a los niños y dejen de interferir en el proceso de formación de su identidad, entonces, todo saldrá bien, en realidad es sólo eso, así de simple” Parents with Inconvenient Truths about Trans. Just a Phase: We should never “transition” kids, teens, or young people. https://pitt.substack.com/p/just-a-phase-we- should-never-transition?s=r Traducción disponible en: https://www.amandafamilias.org/post/solo-es-una-fase-nunca-deber%C3%ADamos- transicionar-ni%C3%B1a-os-ni-adolescentes) 

Nuestra especie se caracteriza por la creación de relatos que interpretan la realidad que nos rodea.
Pero no ha cambiado nuestra realidad biológica. Pretender que la modificación de nuestros cuerpos cambia nuestra dotación genética biológica es una falsedad absoluta y es ingenua la persona que se lo cree. Desde el ámbito profesional no se pueden difundir conceptos erróneos científicamente. 

Las posibilidades tecnológicas introducen nuevas posibilidades, no siempre justas y saludables, que obligan a nuevas reflexiones éticas. La auténtica lucha es hacer posible una sociedad sin discriminaciones, sea por razón de sexo, etnia o posición social. Osasuna!