Opinión

¿No sabes que es la caza sostenible?

La pasión por la caza y la naturaleza está fuertemente arraigada al mundo rural, aunque también en la ciudad viven cazadores. Ellos van al monte para sentirse refugiados en la naturaleza, porque ofrece amparo a los que necesitamos espacios abiertos con flora y fauna silvestre. Esta necesidad no es exclusiva de los cazadores, muchas otras actividades de ocio, culturales, deportivas, de mantenimiento y recuperación de la salud, recurren a los espacios abiertos para su ejercicio. La motivación no es la misma, ni tampoco la repercusión sobre el ecosistema. Es igual que cuando tomamos un libro para leerlo, su interpretación cambia con la persona, también el trato que repercute en la conservación física del propio libro.

El aprovechamiento que cada uno hacemos de los textos es distinto y se relaciona con nuestra cultura, lo mismo que sucede con el trato que damos al libro y con su estado, que permitirá que mayor o menor número de personas puedan aprovechar y disfrutar de esta fuente. La caza, la actividad de perseguir y capturar un animal silvestre, permitirá el mantenimiento de la población de animales si es racional. Lo mismo sucede con las otras actividades de recolección directa de recursos naturales (madera, setas, caracoles, espárragos, flores, leñas…) y con las actividades que no hacen recolección directa, pero que alteran el entorno natural, aunque sólo sea en un breve espacio y tiempo.

Los humanos y los animales afectamos al entorno natural, los ecosistemas pueden soportar hasta cierto límite estas perturbaciones. A este límite le llamamos sosteniblidad, por encima del mismo el ecosistema cambia y por tanto los servicios que nos brinda. En los últimos siglos la población humana ha aumentado tanto, que la perturbación que hacemos en los ecosistemas supera con creces su capacidad para regenerase, su sostenibilidad. Por esta razón en 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su agenda de desarrollo sostenible, adoptó los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) para alcanzar en 2030. Todas estamos obligados a hacer nuestra parte para conseguirlo: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las personas como tú.

El aprovechamiento que hacemos de la naturaleza tiene que ser sostenible. Nuestro consumo, suelo urbano, infraestructuras y forma de vida no son sostenibles, ya que la tierra no tiene capacidad para reciclar nuestras basuras, depurar el aire, el agua y el suelo contaminados. La caza es sostenible si la población de animes silvestres puede mantenerse. Nuestra cultura rural incluye el principio de la sostenibilidad en su filosofía y lo tiene como Norte en su forma de vida diaria. Se debe proteger a la madre, el capital de la población, para que la próxima primavera se reproduzca y genere excedentes. Esto es la señal de identidad de los cazadores, el derecho a vivir de la vida silvestre, porque de él depende su pasión.

Esta forma de vida asociada a la caza tiene valores naturales, el consumo de alimentos naturales, la carne de caza, que tienen efectos positivos sobre la salud de las personas. El ejercicio en la naturaleza que mantiene la condición fisiológica de nuestro cuerpo y nuestra mente. La agrupación social y la aceptación de normas que regulan la actividad y proporcionan bien social. El cuidado y las inversiones en la conservación de los hábitats de la fauna silvestre de los cotos. La participación en proyectos de investigación, a través de la ciencia ciudadana que transforma la caza en datos científicos. Es positivo que la Administración invierta en los espacios naturales protegidos, pero nosotros, no sólo queremos que sea sostenible la tierra de estos lugares. Estamos empeñados en conservar todos los paisajes, en fomentar su vida silvestre y en conseguir la sostenibilidad del planeta.