Opinión

Sesgos más comunes en la gestión empresarial

“Estar preparado es todo”
William Shakespeare

El agotamiento del ego  se da cuando una persona que realiza un gran esfuerzo en cierto desempeño considera que se ha ganado un premio que compromete derechos fundamentales de otras personas o incluso puede darse el caso de que dicho premio pone en riesgo su salud. Personas que han llegado a un puesto y dejan de esforzarse, empresarios que se consideran los mejores al ver los resultados de la empresa, funcionarios que consideran que no merece la pena esforzarse después de hacer una oposición.

La anomia o falta de reglas es otro problema. Por un lado, cuando firmamos un contrato pensamos que todo va a ir bien y evitamos pensar en lo que puede ir mal. Muchos matrimonios y empresas fracasan por no haber puesto reglas o condiciones para el caso en el que la situación empeore. Por otro lado, esta falta de reglas hace que cualquier persona en cualquier posición pueda interpretar a su interés la situación generando conflictos que no aportan nada bueno al desempeño profesional.

Una persona tiene un caso de ceguera ilusoria cuando ve lo que quiere ver. Sí, es una definición de andar por casa. Pero tiene su porqué: ajustamos la realidad a nuestros  prejuicios y pensamientos previos. Un trabajador piensa que su actividad es más importante de lo que realmente es; un gestor se considera mejor de lo que es en el caso de dormirse en los laureles. Un afiliado a su partido piensa que ellos hacen todo bien mientras que los rivales hacen todo mal. Se tiende a ver lo positivo de un lado, lo negativo de otro. Relacionada con la ceguera ilusoria está la ceguera inversa: una persona no ve lo que no quiere ver. Parece lo mismo, pero no lo es.

Respecto de los derechos adquiridos, está claro: Santa Rita Rita. Lo que se da no se quita. Es muy difícil quitar a alguien, desde un bebé a un trabajador o político, un derecho otorgado previamente. ¿Qué ocurre con las huelgas de controladores aéreos o estibadores en los puertos? Existen casos en los que una minoría  tiene unos derechos adquiridos tan fuertes que puede coaccionar al resto de la población de manera que así tienen garantizados sus privilegios. Cuidado, mucho cuidado con los derechos adquiridos.

El efecto de Dunning Kruger se da cuándo tenemos “Incapaces sin ser conscientes de ello: cómo las dificultades para reconocer la propia competencia llevan a evaluaciones sin ningún tipo de sentido”. Este efecto es todavía más intenso cuando la persona que sufre este efecto ocupa un puesto de alta responsabilidad en el que sus subordinados tienen pocos incentivos para hacerle ver la realidad de su incompetencia ya que pueden ser despedidos. Su aplicación sirve para cualquier partido político de hoy.

 Relacionado con lo anterior, es conocido el principio de Peter, según el cual una persona prospera en una empresa hasta llegar a su nivel de incompetencia. Una vez ahí, no se le degrada ya que se pueden herir sus sentimientos. Sin embargo, el menos conocido principio de Peter ampliado nos dice que esa persona vuelve a ascender….precisamente por ser un inútil en el puesto anterior.

La falacia funcional trata de explicar un acontecimiento a partir de sus consecuencias benéficas o funcionales. Si una empresa va bien, es porque la gestión es buena. Si va mal, es porque la gestión es mala. En este caso, se obvian aspectos como la suerte, la evolución tecnológica o las circunstancias económicas y sociales. La argumentación “si ha llegado a ese puesto será por algo” no siempre es infalible. Infravaloramos la suerte, las trampas o las ilegalidades que se hayan podido hacer para alcanzar, sobre todo, una situación de poder.

El efecto Hawthorne nos dice que las personas cambian su comportamiento si se sienten observadas. Este nombre viene de un lugar en Cicero (Ilinois, Estados Unidos). Entre los años 1927 y 1932, la compañía General Electric se propuso investigar los factores que podían mejorar la productividad de sus trabajadores. Lo sorprendente es que cualquier intervención mejoraba la productividad. ¿Cómo se explica? Los trabajadores tenían un estímulo adicional al saber que los investigadores estaban pendientes de ellos. Comentario simpático: muchos famosos que van a programas de televisión cambian su comportamiento al ser observados, de manera que pensamos que siempre actúan de la misma forma.

La gran Wombassa  indica cómo considero que voy a estar cuando alcance un objetivo planteado y cómo me encuentro posteriormente. Esta idea también se llama adaptación hedónica (psicología social), pero la gran Wombassa queda muy bonito, ¿no? El nombre viene de una entrevista a un actor famoso que pensó que al alcanzar el éxito iba a ser más feliz y bueno, después de la explosión de alegría que supone alcanzar una meta se quedó como estaba. De la misma forma que todos tenemos un peso al que tendemos a llegar después de una dieta o después de unos excesos, todos tenemos un nivel de felicidad al que tendemos a llegar tras un éxito o un fracaso.

La teoría del caos dice que un pequeño aleteo de una mariposa puede originar un tifón en cualquier lado del mundo. En otras palabras, una pequeña causa nos lleva a un gran efecto. Es como la historia del emperador que al perder la herradura de su caballo se quedó sin imperio. En economía a este efecto se llama “ley de las consecuencias indeseadas” pero la verdad, queda mejor efecto mariposa, ¿verdad? La enseñanza principal se refiere al análisis de cualquier situación: ¿hemos previsto todo lo que puede pasar? En la vida diaria pocas veces ocurre lo que nos preocupa; más común es tener imprevistos por no valorar hacia dónde nos podía llevar una decisión concreta.

Vamos a dejar el general McArthur  nombrar este principio, ¿de acuerdo? “Todos los males de la humanidad se pueden resumir en dos palabras: demasiado tarde”. Un caso típico: una persona que ha tenido un infarto debido a que está estresado y agobiado. Su pena es común: “me tenía que haber tomado las cosas de otra manera. Demasiado tarde”. Un caso más venial, aunque ejemplos hay para dar y regalar, es un simple pinchazo de una rueda por no haber seguido el mantenimiento básico. No nos cuesta mucho pensar ejemplos de nuestra vida cotidiana.

La procrastinación es el caso más común de sesgo que no podemos evitar: dejamos para mañana todo lo que es imprescindible para hoy. Los políticos reciben muchas críticas, merecidas, por pensar sólo en las siguientes votaciones. Sin embargo, tienen incentivos para hacerlo. Cuando nosotros somos incapaces de dejar el tabaco, seguir una dieta, estudiar un máster o de estar menos tiempo mirando el móvil nos tomamos las cosas de otra forma. Somos más comprensivos con nuestros errores.

El storytelling es la tendencia que tenemos de explicar hechos mediante relatos. En cierta forma, nuestra vida es en relato que nos hacemos a nosotros mismos. Es más; un relato sirve para dar sentido a un hecho. Estamos enamorados de los cuentos y las historias. Todos los países tienen hazañas y batallas ganadas que van entrando en el cerebro de los niños desde que comienza su escolarización. Los partidos políticos, las religiones e incluso algunos productos del mercado se venden mediante relatos.

Semmeelweis, epidemiólogo que demostró la importancia de lavarse las manos para evitar la propagación de enfermedades. Narra el poder que tiene ir contracorriente sin que los prejuicios de los demás supongan barreras para buscar otros mundos. ¿Quién iba a pensar que un simple lavado de manos eliminaba los gérmenes y podía salvar tantas vidas? El problema es que los prejuicios, el qué dirán o las convenciones sociales son barreras que nos impiden progresar y desarrollarnos.

El efecto tango nos alerta de la diferencia entre lo que dicen las personas con palabras y lo que piensan. Lo explica un dicho popular: si a una dama le pides bailar y te dice no, quiere decir quizás. Si te dice quizás, quiere decir sí. Si te dice sí, no es una verdadera dama. De la misma forma, una persona que dice “el dinero no es lo más importante para mí”, muchas veces nos dice lo contrario. Quien observa muchos defectos en los demás es debido a que posiblemente los tiene.

La  tisis es una enfermedad fácil de curar y difícil de reconocer que cumple una propiedad: si no se ha identificado con el tiempo  ni se le ha aplicado la medicina pertinente es fácil de reconocer y difícil de curar. Este efecto está muy relacionado con McArthur, pero merece ser tenido en cuenta. ¿Cuántas veces una empresa observa que había un mal gestor, un proveedor nefasto o una inversión muy dudosa que nos ha hundido? El tema aquí es ser observador y pensar: ¿qué estoy haciendo mal?