Opinión

Memoria histórica en Corella: Una asignatura sin aprobar

Homenaje y funeral a los cuerpos recuperados en abril de 1980
photo_camera Homenaje y funeral a los cuerpos recuperados en abril de 1980

Hace 40 años que se inició el camino de la recuperación de la memoria histórica en Corella. Los familiares de los corellanos asesinados a raíz del golpe de Estado contra la República organizaron una Gestora Pro-Fusilados y acometieron la ardua tarea de recuperar los restos de sus esposos, padres, hermanos, abuelos y amigos, que dolorosamente les fueron arrebatados por el fascismo. Como ellos mismos expresaron, no les guiaban sentimientos de odio, rencor o revancha. Se rescataron los cuerpos de los fusilados que habían sido trasladados al Valle de los Caídos, se erigió un panteón donde reposaron colectivamente los restos recuperados, que se constituyó en Lugar de la Memoria de todos ellos, y se les realizó un homenaje público el 27 de abril de 1980. La labor de aquella Gestora debería merecer el reconocimiento institucional de la ciudad de Corella.

Desgraciadamente, por avatares de la política, los sucesivos gobiernos de Navarra y de Corella, dominados por la derecha, desdeñaron la protección a las víctimas del franquismo y su derecho a la Verdad, la Justicia y la Reparación. Hasta el año 2003 cuando se aprobó la “Declaración del Parlamento de Navarra en pro del reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros fusilados a raíz del golpe militar de 1936” no hubo un apoyo institucional en pro de esos derechos. En Corella también se dio un cambio en este sentido y el Ayuntamiento, con gobierno municipal de PSOE y ACI cambió en 2004 el nombre de doce calles que enaltecían a personas vinculadas al régimen franquista (Franco, Mola, José Antonio, etc.)  y eliminó algunos símbolos del antiguo régimen. Para sorpresa de muchos, el nombre de José Luis Arrese siguió siendo denominación de una calle, del colegio público, del campo de fútbol, se recolocó su busto en el Casco Histórico y no se tocaron símbolos tan significativos como la Cruz de los Caídos. La explicación de un representante del gobierno municipal fue la siguiente: “algunos nos acusarán de ser lentos en este proceso que tenemos que hacer, primero por cumplir la ley y, segundo, por convicciones propias; pero no queremos que se nos acuse de haber entrado como un elefante en una cacharrería, iremos despacio y con prudencia”. Volvieron los gobiernos de la derecha y todo siguió igual.

A partir de 2013, con la aprobación de la Ley Foral de Reconocimiento y Reparación Moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936, y sobre todo con el cambio del gobierno producido en 2015 que permitió desarrollar e implementar dicha Ley, la recuperación de la Memoria Histórica en Navarra ha recibido un nuevo impulso. En Corella, de nuevo con un gobierno ACI-PSOE, se han dado pasos importantes en este camino, pero en mi opinión siguen siendo insuficientes.

Para mí, resulta incomprensible que, terminado este periodo, nuestra ciudad siga enalteciendo a José Luis Arrese con el nombre de una calle. Al finalizar la II Guerra Mundial, Arrese fue declarado “criminal de guerra” por los Aliados a causa de su colaboración con el régimen nazi de Hitler. De ideología totalitaria, fue una figura relevante del régimen franquista y elemento clave de la represión de la libertad, física y de pensamiento, durante la Dictadura. Es posible que algunos lo consideren un “benefactor” de Corella, pero eso no le exime de su condición de jerarca fascista. Por esto su nombre debería haber desaparecido del callejero de Corella hace mucho tiempo, pero el anterior equipo de gobierno no encontró el momento oportuno, como no lo encontró en 2004. 

En mi opinión también debería desaparecer el nombre de Mª Teresa Saenz de Heredia que se da a una calle y a un parque porque la razón de estas denominaciones es la exaltación del régimen franquista, ya que los méritos de esta persona son haber sido la esposa de José Luis Arrese y amiga personal de la esposa del Dictador, Carmen Polo de Franco.

También me parece insuficiente la anulación genérica de las distinciones, nombramientos, títulos y honores que las diversas corporaciones entre 1936 y 1975 fueron otorgando a personas que tuvieron relación con el régimen de Franco o que respaldaran la sublevación militar del 18 de julio de 1936. Esta disposición no cumple con la Ley Foral 33/2013, que exige  revocar y anular las declaraciones expresas de exaltación de las personas vinculadas con el régimen franquista. En Corella deberían invalidarse, al menos, los siguientes nombramientos: Nombramiento como hijo adoptivo de la Ciudad a José Luis Arrese Magra. (Sesión extraordinaria de 21 de septiembre de 1941). Nombramiento como hijo adoptivo de la Ciudad a Francisco Franco Bahamonde. (Sesión extraordinaria del 29 de diciembre de 1947). Nombramiento de Alcalde Honorario de la Ciudad a José Luis Arrese Magra. (Sesión extraordinaria de 28 de Diciembre de 1948). Titulo de hija adoptiva de la Ciudad y nombramiento de Alcaldesa Honoraria a Carmen Polo de Franco. (Sesión extraordinaria del 8 de agosto de 1955).

La retirada de las placas del monumento a los Caídos es otro paso necesario y plausible, pero de nuevo insuficiente. Es todo el monumento el que debe ser retirado pues permanece su función simbólica de enaltecimiento del franquismo.

En Corella todavía se expone en la vía pública un escudo de Navarra con la Cruz Laureada de San Fernando. La laureada en el escudo de Navarra es un símbolo que legitima la violencia como herramienta en la defensa de unas ideas políticas. En nuestro caso este símbolo se sitúa en un edificio privado, la Bodega Camilo Castilla, propiedad de la familia Beltrán. El Ayuntamieno tiene que exigir su retirada a los propietarios del edificio puesto que no solo tiene la obligación de cumplir la Ley sino también la de hacerla cumplir.

Los emotivos actos de homenaje a los fusilados celebrados en las Jornadas por la Memoria Histórica en octubre de 2016 fueron sin duda un hito histórico en el reconocimiento y reparación moral de las víctimas en Corella. Pero dada la magnitud de los acontecimientos que la memoria histórica trata de recuperar del olvido, la brutal “limpieza ideológica” que se sufrió en Corella, donde fueron asesinados más de la mitad de los votantes masculinos del Frente Popular, un homenaje y una placa en el zaguán del ayuntamiento resultan insuficientes. En muchas localidades de Navarra con el apoyo de ayuntamientos y asociaciones se han erigido Memoriales, esculturas, Parques de la Memoria, etc. que son no solo lugares de recuerdo sino también de transmisión de valores de paz y convivencia.

En la actualidad distintas agrupaciones municipales realizan actos de homenaje anuales a los fusilados en el día de la República. El impulso a estos actos desde el ayuntamiento sería una forma importante de reparación de las víctimas, pero por desgracia el gobierno municipal anterior ni siquiera fue valiente para colocar en el balcón de la Casa Consistorial la bandera de la República como lo hacen multitud de ayuntamientos en todo el Estado. Cualquiera que sean las ideas políticas de cada uno, ondear la bandera republicana el 14 de abril de cada año es reconocer la legitimidad de los ideales de progreso, libertad y justicia social que defendían aquellos corellanos injustamente asesinados.

Una reivindicación fundamental de la memoria histórica es recuperar la Verdad. La citada Ley de 2013 promueve el conocimiento de los hechos acaecidos en Navarra a partir del golpe militar del 18 de julio de 1936. En Corella queda mucho por hacer en este sentido, no solo  en relación con aquellas personas que fueron asesinadas o fueron víctimas de la represión. Todavía muchas familias no conocen las circunstancias de la muerte de sus allegados o dónde se encuentran enterrados sus cuerpos. También se desconocen las circunstancias de la represión contra las mujeres, la realidad de las familias destrozadas, de las personas encarceladas, abocadas al exilio o la emigración para huir del horror, etc. También es necesario el conocimiento de los victimarios, no por un afán de revancha, sino por la necesidad de construir una convivencia democrática que haga que hechos como aquellos no vuelvan a suceder nunca más. Hasta el momento no ha existido ninguna iniciativa del ayuntamiento para lograr estos objetivos.

Tras las últimas elecciones municipales el consistorio corellano seguirá regido por un equipo de gobierno de adscripción progresista. Creo que es justo pedirles que en estos cuatro años que tienen por delante hagan un esfuerzo para superar estos déficits. Al fin y al cabo se trata de fomentar los valores democráticos. Este es el verdadero sentido de la recuperación de la memoria histórica, restituyendo, reconociendo y rehabilitando la memoria de las personas asesinadas y represaliadas por el franquismo.