Opinión

Para habernos matado

Con este ritmo, el aficionado de Osasuna o muere antes de los 50 o convierte su corazón en indestructible, pero es que, ¡qué manera de sufrir!

Tras una temporada esperpéntica, los rojillos llegaron a Sabadell casi con los deberes hechos. Un “casi” que casi le ahoga.Tras la victoria de la jornada anterior y la derrota del Racing de Santander, Osasuna necesitaba un simple empate ante un equipo ya descendido.

Llevábamos toda la semana entonando las palabras de Pedro Mari Zabalza “si nos confíamos, somos muy malos”, a lo que yo le sumo, “somos lo peor”.

El ambiente festivo de los más de 2.500 aficionados que se desplazaron a Cataluña y las claras opciones de la permanencia, poco podía presagiar lo que se vivió durante los más de 90 minutos que duró el partido.

Al cuarto de hora los rojillos ya perdían 2-0 y minutos más tarde el Racing nos daba una bofetada de órdago. Los rostros de los aficionados eran de tristeza y no fueron pocas las lágrimas que golpearon con furia las gradas del Nova Creu. Pese a ello, la  afición no dejó de animar a los suyos en ningún momento.

"Ahora se podrá seguir pagando una deuda que unos impresentables provocaron"

 

Y es que aquí siempre hemos sido de dejar las cosas para el final y, tras mantener Riesgo con vida al equipo, Javier Flaño resucitaba a un club que estaba en la UVI y conseguía mantener con vida y en segunda a un club de 95 años de historia.

Una alegría sufrida, una vez más, pero totalmente merecida para una afición que siempre supo estar con el equipo, especialmente en los momentos difíciles, cuando más hacían falta. Ahora se podrá seguir pagando una deuda que unos impresentables provocaron desde la directiva y unos sinvergüenzas permitieron desde el gobierno foral.

Iker Sesma López

Peña La Rana Rojilla