Opinión

Cantantes, títeres y raperos listos para sentencia

Soy verbenero profesional y llevo 40 años en orquestas deleitando las fiestas por toda la geografía Navarra y provincias limítrofes, en los años 80 y 90 los jóvenes reclamaban canciones de Eskorbuto, Cicatriz o Kortatu  que prácticamente hemos tocado todas las orquestas y que ahora podrían ser delito, incluso cárcel.

En estos momentos y con la Ley Mordaza en vigor, parece que las letras o las canciones que molestan, que chocan con nuestros sentimientos o critican a estamentos políticos o personas vinculantes, son susceptibles de ser multadas, juzgadas e incluso posibles delitos cárcel a quien las profesa.

Nuestros jóvenes tienen que ser rebeldes, tienen que decirnos que es lo que les molesta y tienen que equivocarse para aprender y por eso estoy en contra de multar o mandar a la cárcel a ningún “artista” de cualquier disciplina que incluya satanidades en sus obras.

Ahora que estamos en la era digital y con las redes sociales una noticia sobre éste tema, puede ser trending topic (Tendencia) en un solo día. Lo que se consigue con la Ley Mordaza es el efecto inverso para la que fue creada y es que un ejecutante perverso, consiga ser más visto y escuchado.

Ahora bien, también es verdad que no todo puede valer, hay casos de extrema gravedad que merecen ser juzgados y aquí los juristas, tienen que ser muy pragmáticos, sensibles y realistas ante una evaluación inquisitoria del protagonista. Existen sentencias que pueden ser más aplaudibles si conllevan una condena más eficiente y atinada, de tipo social, amoldada a su entorno, que les haga pensar y que produzca un pensamiento crítico de toda su comunidad. De esta forma, el graciosito de turno que ha cometido una fechoría se lo pensará dos veces si es rechazado por sus seguidores.