Opinión

Tudela; percepción y realidad

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El domingo día 23 de agosto publicaba Diario de Navarra en la sección de Tudela y su Ribera un reportaje sobre turismo y la opinión que se llevaban los visitantes tras su estancia en nuestra ciudad. Lo que más valoraban era nuestro patrimonio, el Casco Antiguo, la hospitalidad y la limpieza de las calles. Podemos estar de acuerdo o no, pero eso es lo que perciben quienes nos visitan, ajenos a nuestro día a día y sin otro estímulo que el de disfrutar de nuestras bondades desde la perspectiva de quien tiene experiencia viajera y pueden hablar sin cortapisas de lo que ven y las sensaciones que les produce, lo que les lleva a tener un percepción posiblemente diferente a la que podamos tener nosotros en algunas cosas.

En sus visitas, concejales de la localidad francesa de Mont de Marsán comentaron en más de una ocasión que se llevaban la impresión de una Tudela limpia, además de destacar otros aspectos como la hospitalidad, el ambiente de la ciudad, nuestro patrimonio, el folclore o la gastronomía. O ese grupo de madrileños desplazados desde los Baños de Fitero que se quedaban boquiabiertos: “no sabéis la joya que tenéis”, decían, refiriéndose a la Catedral.

Y qué decir de nuestras Fiestas Patronales. Aquí ha habido quienes se han empeñado en criticarlas negativamente mientras nos encontramos cosas tan curiosas como que, esta pasada primavera, una agencia de viajes ofertaba paquetes turísticos para visitar Tudela en Fiestas. Al mismo tiempo una revista norteamericana colocaba a las Fiestas de Santa Ana en el top 10 de las mejores de España por su cultura y tradiciones.

"Las cosas ya no son del color del cristal con que se miran, dependen también de elementos ajenos, de la información oculta"

La cuestión es la percepción que el ciudadano de Tudela tiene de estos asuntos y que no suele coincidir a como lo ven y nos valoran desde fuera. Y la percepción ha variado todavía más con motivo del cambio de gobierno municipal. Estoicamente y armado de paciencia tuve que escuchar que las fiestas de 2014 habían sido las peores de la historia y, claro, de ahí hemos pasado a todo lo contrario. Lo mismo podríamos decir de otros temas como el de la suciedad y el ruido por la música en fiestas, que el alcalde minimizó llevándolo casi a la anécdota, cuando la realidad fue otra. La percepción y la realidad no se corresponden y los altavoces se han silenciado con la llegada del “buenismo”.

No creo que los servicios de limpieza hayan aumentado su plantilla ni el número de horas trabajadas para ver ahora la ciudad más limpia. La Catedral es, y seguirá siendo, la “joya” de Tudela, las Fiestas seguirán siendo fantásticas, gobierne quien gobierne, y ruido habrá siempre en exceso, con lo que muchos vecinos seguirán sin poder dormir. La bronca será mayor o menor dependiendo de quién maneje la información y cómo la transmita a través de los medios y las redes sociales, que suelen ser herramientas muy útiles que sirven de estímulo para hacer cambiar o modificar la percepción del ciudadano sobre estos asuntos.

Las cosas ya no son del color del cristal con que se miran, dependen también de elementos ajenos, de la información oculta o distorsionada y la repetición machacona de opiniones unidireccionales efectuadas con una finalidad concreta.

Fernando Inaga

Ex-concejal de Tudela