Bien… Los que atusan (atusamos) canas de mentón, recordarán sin duda un programa de televisión, a la sazón en blanco y negro, en el que tomó parte un conocido abogado y paisano nuestro. La emisión llevaba por título “La unión hace la fuerza”.
Desde que gestionamos uso de razón política y, si se me permite abusar de la manida dualidad derecha-izquierda, resulta innegable considerar que la primera ha hecho de la unidad una virtud política de innegables resultados positivos. Sin embargo, los efectos negativos de la carencia de unidad de la segunda han llegado hasta nuestros días.
Del enunciado “La unión hace la fuerza”, derivan otros no menos interesantes dirigidos hacia el rival político de turno: “Divide y vencerás”, ó aquél que dice: “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”.
También la derecha política ha dado buena cuenta de estos principios, con apreciable habilidad y oportunismo. Y, sin embargo, lo más llamativo, es que, pese a quién pese, este país, al que por el momento llaman España, tal vez tienda más hacia la izquierda que otra cosa. Esto no es más que una sensación, aunque asunto interesante sería que pasase de ser algo probable a comprobable.
Dentro de los límites de esta anualidad, se nos brindan unas cuantas ocasiones para poder observar que la unidad no sea exclusivo patrimonio de la derecha política y, por ende, sea capaz de protagonizar la esperanza.
Quizá se trate de ocasiones que deberían considerarse como irrepetibles.
Enrique Rodés Martínez
Tudelano
