Opinión

El camión de la vergüenza

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Cuántas experiencias amargas necesitamos más para poder sobrellevar los días y los años en ésta amable ciudad que un día con 4 años vine a vivir a ella de la mano de mi madre.

Cito ahora la amargura que supuso cuando estupefactos cientos de ciudadanos de toda la Ribera nos enteramos de aquel terrible y vergonzoso asalto de los archivos de una historia que pertenece en sí misma y por sí misma a los ciudadanos de los que allí se citan.

Este acto es, en sí, indigno de lo que representaba hasta ahora hacia muchos de nosotros un dedicado respeto a las autoridades del Arzobispado que, por ahora y hasta que no se repare esto, desmerece hacia muchos de nosotros algo que es indigno y de una falta de respeto hacia miles de ciudadanos sin paliativos.

Esto incluso de no corregirse amenazaría la auto excomunión.

Ahora quiero citar que tanto monta monta tanto.

Nos hemos sentido huérfanos por parte de la mayor autoridad que representa a todos los ciudadanos de Tudela y enlace de toda la Ribera.

La alcaldía junto con todo su equipo del Consistorio no han estado a la altura precisamente en este momento de verdadera emergencia, es más, siguen en la sombra.

"Al Alcaldía debería de actuar de manera contundente"

La alcaldía debería de actuar de manera contundente e insistente aunque si en ello le fuera el cargo.

Siento no ser tan cortés como son mis compañeros Beatriz Pérez y Luis Durán.

La Iglesia, en este caso, ha hecho recordarnos el viejo estilo, como hacia años que creímos había pasado ya a la historia, de tiempos duros y amargos.

En esta Semana Santa sonarán tambores trompetas y timbales al unísono, caminarán las cadenas pisando el frío suelo descalzo.

¡Padre! ¡Por qué me has abandonado?...

No me voy a extender mucho más, por ahora, pero sí exigir la reparación total de toda la documentación extraída.

Iglesia y equipo de Gobierno se pongan de acuerdo para así borrar en la historia este amargo día del camión de la vergüenza.

Carlos Charela

Tudelano