He dado positivo en Covid y ayer me quedé sin sentidos de olfato y gusto. Es una sensación desagradable y una faena. Parecen poco importantes, pero disfruto mucho de aromas y sabores cotidianos al oler a mi hija, al cocinar, al comer, al tomarme un vino con alguien con quien me siento bien, al acercarme a la mar, en cada una de mis salidas en moto… Siento que me falta algo.
Entonces pienso en el olfato en la empresa. ¿Somos conscientes de su importancia? Poseemos grandes habilidades, preparación y experiencia, pero gran parte de nuestros negocios, de nuestro día a día empresarial se mueve por nuestro sentido del olfato. Hay cuestiones que "huelen" bien y nos anima a tomar decisiones y emprender determinados proyectos.
- Cuando llegas a tu empresa, la hueles. Todas tienen su olor característico, e incluso diferente según el área en que te encuentras.
- Los olores de tu gente, de los tuyos.
- Los que emite alguien nuevo que viene a visitarte a tus instalaciones.
- Los que tu percibes cuando vas a otras empresas, incluso competidoras tuyas con procesos similares.
Por otra parte, está el "olfato" para el negocio:
- ¿Qué tal te huele el nuevo proyecto que vas a arrancar?
- Como líder en tus equipos, en general, en un grupo reducido o en alguna persona concreta. ¿Qué está pasando? ¿Por qué me huele tan bien esa persona / grupo? Podrán con lo que se propongan. Y, ¿si me huele mal?
- En una negociación, en una compra, en una venta, en una gestión importante, ¿qué percibo? ¿Qué indicadores objetivos (KPIs) tengo y qué me dicen? Y, mi nariz, ¿a qué me lanza?
- La coyuntura micro o macroeconómica, la situación local o más amplia de mercados y de mi sector, Estamos en buenos tiempos o ¿algo huele a chamusquina?
Y ahora, en tiempos de teletrabajo, de digitalización, de reuniones remotas, te pueden faltar esos olores. Entonces, si crees y creas tu empresa con alma, es el momento de que busques ese valor diferencial que tienes y puedas dar ese aire (bien fresco y aromático) a tu negocio.
