Opinión

Querer ser más, de lo que hace falta

Quizás, el sentimiento navideño este año se haya empañado, debido a las circunstancias de una pandemia difícil de superar no solo a nivel físico, si no emocional también. Con sentimientos encontrados, damos una vuelta a Tudela viendo cantidad de luces en formaciones diferentes de tecnologías variadas.

Lo primero que me vino a la cabeza al ver tanto desplegué lumínico es, si parte de eso se podría haber evitado en favor de revertir esa inversión, en hacer las navidades algo más felices a alguna familia tudelana bien necesitada. Es verdad, que la navidad es un impulso emocional sobre todo para los más pequeños, pero que de otra manera más contenida, hubieran disfrutado igual.

Los gobiernos, las personas, necesitamos cultivar la generosidad hacia los demás, aquella que nos lleva a  sentirnos bien con nosotros mismos aunque tengamos, algo menos. Las luces son bonitas, la ciudad brilla de noche, pero no puedo dejar de pensar que con esas luces, se podía haber iluminado otra cosa, el bienestar de una familia con hijos sin recursos o un regalo de reyes para un niño o un cheque de ayuda para acometer la entrada del año, que seguro a más de uno, se le va a hacer dura.

Es el momento de la solidaridad de entregar por nada, de perder algo físico para ganar algo espiritual, de demostrarnos que somos ciudad, que somos pueblo, que somos familia, con nuestros defectos pero con corazón ante la adversidad. Por respeto a estas familias y personas todas estas luces no deberían lucir, solo con una parte valdría, en el convencimiento de que la otra parte, brilla repartida en los semblantes de aquellos que lo necesitan. Solo espero de corazón, que podamos ayudar solo eso.