A tenor por varios de los titulares recientes de diferentes noticias, estamos en precampaña electoral no de políticos propiamente dichos, si no de políticas instauradas que es mucho más, sangrante. El anuncio de la muerte de un águila en Corella por un disparo, que no deja de ser un hecho lamentable y reprobable, que devengara en causa civil y penal para el autor si procede, se alinea con la manipulación mediática al transferir a los medios, el mismo. Parece ser que los hechos reales, no se analizan y solo buscan que quede una imagen rápida del hecho en cuestión, para seguir en las políticas de prohibición y restricción.
Un animal criado en Francia introducido en Álava y que se desplaza a Navarra es abatido de un disparo no, acribillada hasta la muerte. Un cartucho de caza suele contener en la modalidad de caza menor hasta 800 perdigones del número 8 si solo tenía 70 es solo el 8,75% del disparo por lo que la eficiencia en el mismo, queda muy lejana del acribillamiento y por descontado y de sentido común es, que el desenlace final sea la muerte, no creo haga falta ese ensañamiento mediático. Después, los datos y las secuencias del mismo, tiro a corta distancia no creo, ya que en ese caso, el número de perdigones hubiese sido mucho mayor.
Parece ser, que hace ya muchos años antes de las elecciones, se tiene que presumir algún caso de estos, que pretenden alarmar a la sociedad en contra de uno de los mayores colectivos deportivos. Recordemos, el ultimo por la sociedad de cazadores de Tudela o quizás alguno parecido. El que tiene una plaga de topos, como los que tenemos de conejos con unas perdidas muy cuantiosas que los departamentos eluden en responsabilidad, solo piensa en como mitigar las perdidas y no soportar aun encima los ecologismos de la administración.
En Navarra, no hay precampaña para proteger nuestros bosques de los incendios, ni de evitar que una cabaña de muflones, si fuera aniquilada por decisión salomónica de lo que es aloctono y no, lo que debe vivir y debe morir, bien entendido parece ser que aquí no entran lo único que queda en Navarra, especies que hace 20 años ni existían véanse castores, visones, cormoranes, águilas de todo tipo y largo etc. de especies que poco reportan al conjunto de la sociedad. De la misma manera, que se abatieran 60 animales en Bertiz por algunos elegidos.
Por desgracia, seguimos en Navarra en manos de los que dictan y los que ejecutan esta política de falso ecologismo, prohíben y sancionan el disfrute de los recursos naturales algo que es, y ha sido, propiedad del pueblo no de ellos. Esperanza para reformar por completo este sistema de incapacitación no solo natural, si no social.
