Parece ser, que la patata caliente de los accidentes provocados por animales de caza con aprovechamiento, unido a los daños en cultivos, no la quiere acabar de cocinar nadie. En la actualidad está por un lado, el Departamento de Medio Ambiente que evade responsabilidades y trabajo cruzado relacionado con los daños y por otro, los propios ayuntamientos faltos de estrategias de control y recursos sobre los aprovechamientos.
Los agricultores, ven como los animales comen cada día más de sus tierras y los seguros, cada día cubren menos sabedores de su riesgo. Antes, las sociedades de cazadores eran blanco fácil de las reclamaciones por daños de los agricultores, que ahora se encuentran con la espalda vuelta de la administración autonómica y local.
Por otro lado, está la capacidad de generar recursos como la caza y aprovechamientos para los pueblos como siempre ha existido y que ha dado lugar a numerosas asociaciones deportivas en Navarra con lo que ello conlleva soporte de la federación, riqueza local y sobre todo autonomía sobre la gestión de los aprovechamientos locales. ¿De quién fue la idea de que los cotos fueran gestionados por los ayuntamientos y no como toda la vida por las sociedades deportivas? Por un Departamento de Medio Ambiente en política clara de restricción y prohibición de la caza en Navarra.
La caza, necesita un aliado político de cara a las elecciones en Navarra para recuperar el sentido de aprovechamiento que siempre ha tenido. Se necesita repoblar las especies más escasas con proyectos de prueba y lograr controles y subvenciones, numerosos proyectos de recuperación de perdiz en Aragón están dando sus frutos con apoyo de la Federación y Gobierno como el RUFA en Ontiñena.
Necesitamos sentido común y capacitación en las línea de gestión del medio ambiente, que censuran las batidas de jabalíes en los perímetros de la recta de Arguedas por que dicen las esperas nocturnas son más efectivas. ¿Cuántos jabalíes se pueden cazar en una batida 10 o 12 o más? ¿Cuántos se pueden cazar en una espera, 1? Pues eso y como estas decisiones, muchas solo hasta que haya algo que lamentar. La caza, como reflexión de sociedad naturalista condicionada al medio actual donde vivimos, debe de ser proyectada y promocionada para que los más jóvenes disfruten de su entorno y de las posibilidades de un bien, que no es propiedad de políticos ni funcionarios, sino del pueblo.
