Opinión

Susurro

“Susurro” es una palabra vibrante en tono menor; suave.

Nos estremecemos con cierta expectación cuando alguien se acerca dispuesto a susurrarnos algo al oído. Nos ponemos alerta, incluso en el gesto, y entornamos la cabeza hacia la de nuestro interlocutor, expectantes, con el regusto de que vamos a recibir unas palabras que en el contenido y en la forma merecen la pena.

Acuciamos el oído porque presentimos que algo especial nos va trasmitir, generalmente bueno, positivo, incluso nos produce cierto regodeo dispuestos a recibir una noticia especial, íntima, que llegue a lo profundo de nuestras fantasías: sensualidad, sexualidad, conocimiento; buenas noticias, y, además, noticias que las recibimos con gozo, pero con un gozo íntimo, silencioso.

Un susurro suave, al oído, con contenido, con halo de misterio, lleva promesa implícita; produce subidón que hipnotiza; casi no existe otro mundo, solo la atención a que el susurro siga, no termine sin terminar, incluso que llegue a registros más profundos, aunque, al mismo tiempo, casi levitamos.

El susurro, no se puede quedar en eso, en un sonido vibrante y prometedor, si así fuera, se trataría de una promesa incumplida. Detrás del susurro siempre debe haber algo que merezca la pena escuchar. Siempre promete algo cálido, algo especial, algo íntimo, con complicidad, con cierto misterio, con cierta promesa no explícita, en definitiva, algo bueno y, en general, cumple.

El susurro que te dedica alguien de confianza, también puede ser una noticia maliciosa, perturbadora, interesada, sobre temas políticos de alguna persona que conoces y has compartido ideales e ideas, y ahora sigue camuflada sin quitarse la careta y sin enseñar sus entresijos mezquinos porque tiene mucho que ocultar. O sobre aconteceres de tu entorno social, sobre famas, sobre fracasos esperados, sobre metas no conseguidas o éxitos alcanzados. Muchos susurros llevan veneno en la punta, otros llevan gozo y futuro. 

También, cuando era joven, qué puntazo un susurro cálido en la oreja, si provenía de una mujer de mirada profunda, ojos negros y voz aterciopelada y cálida.