Opinión

El poder y su deriva

Algunos de los grandes poderosos económicos, grandes capitalistas del mundo, personas con nombres y apellidos, tienen tanto poder financiero que, ya más, no les motiva. Pueden comprar casi todo, pero ya no se sienten suficientemente omnipotentes, precisan buscar escalones superiores de poder para experimentar otros registros que alimenten la sensación orgiástica que les proporciona.

Precisan dominar, manejar parcelas importantes de la vida de los ciudadanos. Es un paso más allá en la erótica del poder. Buscan el manejo de los poderes políticos, sentir que pueden cambiar gobiernos, regímenes, costumbres, o instaurar su religión política particular disfrazada de lo que en cada momento les interesa. En definitiva, manejar nuestras vidas. 

La manera, influyendo económicamente en medios de comunicación. Esas televisiones que tenemos todos en casa, que de forma sibilina con programas más o menos disfrazados y manipulados, en un goteo constante intentan condicionar nuestras ideas y creencias. Estos poderosos llegan a poner y quitar gobiernos.

Debemos ser conscientes de que estamos en “democracias manipuladas”. El poder se disfraza de elecciones de dudosa limpieza. Además, depende de estrategas sentados en sus despachos que nos alimentan con ideas, noticias falsas, sondeos manipulados, espectáculos, entrevistas, que debemos consumir, para así manejarnos mejor, como los domadores en el circo.

Los pactos post electorales en ocasiones son aberrantes, de tal forma que, muchos electores si hubieran conocido cómo iban a utilizar sus votos hubieran votado diferente. Un voto no es un documento en blanco para que lo utilicen como quieran. Insisto, vivimos en democracias claramente manipuladas. Estamos sufriendo la muestra en nuestro país. Era más fácil luchar contra una dictadura.

Actualmente partidos que defienden ideologías sociales, progresistas, son manejados por personajes disfrazados de progres, tal vez en el momento actual más que a ningún otro, con palabras rimbombantes de fácil consumo, como progreso, justicia social, democracia…que no tienen nada que ver con su praxis. Solo son palabras y frases cebo para captar voluntades. Las normas de nuestra democracia están en serio peligro de ser transgredidas. Se atreven a todo. La ética, las reglas, las retuercen para conseguir sus fines. 

La evolución en la vida de los ciudadanos en los últimos cincuenta años ha sido positiva. Salimos del tiempo oscuro de una dictadura en cuanto a libertades, y atravesamos una época positiva con políticas que generaron progreso. En los últimos lustros los partidos se fueron corrompiendo y la situación se ha ido degradando, con los medios de comunicación en manos de grupos de poder interesados en ideologizar, y líderes mediocres y manejables. La libertad, y la libertad de pensamiento están en serio peligro. 

Consuela que, algo tienen en común con todos nosotros estos desalmados y sus secuaces, que, a pesar de todo su poderío, un día también morirán, no podrán comprar su vida; si no fuera así, solo moriríamos los ciudadanos de a pie. Es un triste consuelo, pero a mí, ante la impotencia y los derroteros que lleva esta sociedad, me consuela pensar que cuando se enfrenten a la muerte que tarde o temprano les llegará, como a todos, seguramente lo harán con incredulidad y desesperación por no poder comprar ni unos minutos más de su vida con una maniobra trilera como están acostumbrados. Además, la historia en su momento los recordará como miserables. 

Pero… solo es un consuelo. Debemos despertar.