Opinión

Los posos

Los posos están en el fondo del carajillo que, como en los años de café de puchero, se quedaban en el fondo del vaso o de la taza. En ocasiones lo usaban algunas mujeres de raza gitana para leernos “la buenaventura”. A un amigo que se bebió el café y casi los posos, una mujer guapa y muy graciosa, le etiquetó de “zorro, camastrón y terco”. Bien es cierto que acertó en lo de zorro y terco, pero no en lo de camastrón, porque le gustaba madrugar, no se echaba la siesta, y la cama en aquellos años todavía no la había utilizado para otros menesteres más satisfactorios y lúdicos; solo para dormir.

Otra acepción de poso, es de “enjundia”. Decir que una persona tiene poso es que tiene contenido razonable en sus juicios y reacciones. Estas personas son de fiar como buenos amigos o amigas a quien se pide un consejo en momentos de angustia, o cuando nos estancamos en dudas sin saber salir de ese círculo maligno que a veces nos idiotiza.

En ocasiones es difícil tener “poso”. Todos hemos pasado por momentos de enamoramientos sublimes que iban a ser si se materializaban el seguro de felicidad para siempre, y momentos de desesperación por diversas causas, que presagiaban que íbamos a ser desgraciados sin remedio. Después, el tiempo, el “poso” psicológico va enfriando las emociones y, a lo largo de los años echando la vista atrás, se nos escapa una sonrisa, a veces con nostalgia, valorando la ingenuidad de aquellos años. También hay vivencias que nos han dejado cicatrices difíciles de olvidar pero que el tiempo y otras circunstancias nos han ayudado a superar. 

La vida es difícil que sea plana. Si fuera así sería muy aburrida. Es emocionante, con altibajos: momentos casi sublimes, momentos de desesperación, y la mayoría momentos de rutina, pero esa rutina puede ser muy positiva si se tiene un proyecto de vida del tipo que sea, que motive, y que ayude a vivir por algo cada día.  Pero, siempre hay que mirar al horizonte, seguir adelante, aceptando que el hecho de vivir tiene sus servidumbres.

Con el tiempo los recuerdos y los momentos se difuminan, lo mismo que nuestra historia. Solo quedan recuerdos visuales y, fundamentalmente, emocionales que por el motivo que sea, nos impactaron positiva o negativamente. También otros, que fueron ácidos o especialmente duros que en el recuerdo los olvidamos o les damos una mano de purpurina para que no nos molesten desde el olvido o desde el inconsciente.A veces si revolvemos los posos de nuestra vida, aparecen imágenes, hechos o circunstancias, que están mejor olvidados. Los positivos, los solemos tener a mano para sacarlos de vez en cuando, reconfortarnos o blanquear determinados momentos de sufrimiento o de vergüenza.

Pero siempre hay que mirar de vez en cuando el poso del café, para reflexionar y a veces cuando nos toca tomar decisiones importantes. Dentro de unos días vamos a ser protagonistas como ciudadanos de elegir el líder y los adláteres que van a regir nuestro país. Es importante que lo hagamos con honradez y responsabilidad. Tenemos elementos de juicio sobrados para conocer el talante de los contendientes. Es una decisión importante para nuestro país.  Depositemos nuestro voto cada cual con su criterio.