Me piden que escriba otro año más sobre la Navidad. Y me preguntó si ya no estará todo dicho. Supongo que sí. Y supongo que cambiar la manera en la que decimos las cosas también tiene importancia y puede ser un buen enfoque navideño. Porque aunque quizás ya esté dicho todo, todavía tenemos oportunidad de decirlo de una forma más amable que, al fin y al cabo, es de lo que tratan estas fechas. La realidad se suaviza, las luces nos dan un punto de euforia positiva, los reencuentros son más sentidos, los abrazos más cercanos, las palabras más cariñosas, los deseos más solidarios...
Encontrar el sentido de la Navidad resulta sencillo si estás bien rodeado. Ojalá todo el mundo halle ese segundo, ese instante, ese espíritu de unión con uno mismo y con los demás.
Brindo por ello y por unas navidades en paz, con salud y perspectivas de un nuevo año lleno de sentido.
¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!
