Opinión

Dinero de plástico

Cada vez usamos menos los billetes o las monedas y más las tarjetas. Según el Banco de España, el ‘plástico’ ya supone el 54% de los pagos, por el 35% que se hace en efectivo. 

Por ello, es importante que sepamos qué condiciones de uso tienen las tarjetas que usamos: si es de débito y me “quitan” el dinero en el momento de mi cuenta o si es de crédito y lo hacen a fin de mes, por ejemplo. Actualmente se están comercializando las tarjetas “mixtas”, que el usuario puede utilizar tanto a débito como a crédito. Sin embargo, algunos clientes desconocen estas posibilidades y las formas de uso.  

Otro punto básico es la forma de amortización cuando se trata de un crédito del que dispongo a través de una tarjeta. Hay casos, como las llamadas “revolving”, con intereses exagerados y que han podido suponer un grave endeudamiento para los clientes. En algunos casos, por suerte, Irache está consiguiendo resolver el problema. 

También es muy importante saber si, por el hecho de tener la tarjeta y poder utilizarla, el banco me está cobrando alguna comisión anual. Algunas son gratis pero otras rondan un coste de 50 euros al año. A veces el consumidor no contaba con este cargo y se lleva la sorpresa al revisar sus movimientos bancarios.

Muchas entidades están condicionando la gratuidad de sus tarjetas a una mayor vinculación, a domiciliar la nómina o contratar un seguro, por ejemplo. El consumidor debe calibrar si le compensa cambiar sus condiciones o buscar otra entidad que ofrezca la tarjeta gratis aunque, probablemente, con prestaciones más básicas. 

Es habitual que adquiramos tarjetas sin saber sus condiciones, más aún cuando se contrata junto a otros productos bancarios. Otras veces el consumidor recibe en su casa una tarjeta que nunca ha solicitado. Si comienza a utilizarla, muchas entidades entienden que se da por aceptada la contratación.  

Por ello, antes de hacerlo, exija las condiciones por escrito y llévelas a su casa. Hasta que no comprenda perfectamente su funcionamiento, de dónde sale el dinero, si paga intereses o comisión o las consecuencias en caso de impago, no la acepte. Una vez que ha contratado, revise periódicamente sus cuentas bancarias para ver si los cargos corresponden a lo pactado. Si no es así, asesórese cuanto antes y reclame.