Las recientes elecciones británicas, ahora que se ha sacado a relucir el tema en España de la posibilidad de hacer dobles vueltas y otras fórmulas, nos han permitido observar el modelo electoral que tienen establecido en ese país. Se divide el mapa en cientos de circunscripciones pequeñas y se asignan los escaños mediante un sistema conocido como uninominal mayoritario simple. Esto quiere decir que en cada circunscripción se disputa un escaño y el candidato que más votos tiene lo gana y se sentará en la Cámara de los Comunes. Esto puede hacer por ejemplo que el número 1, 2 ó 3 de cada partido que se presenta a las elecciones no tenga asegurado su presencia en el parlamento si no es capaz de convencer a los ciudadanos de la circunscripción a la que pertenece. Y lo que posibilita es un mayor contacto y cercanía entre los votantes y los representantes. Porque cada candidato se la juega en su demarcación.
Hay que aprender sin duda de las bondades de otros sistemas electorales y parlamentarios. En Navarra celebramos elecciones el próximo 24 de mayo tanto al Parlamento de Navarra como a los ayuntamientos y uno viene defendiendo desde hace tiempo que es necesario reformar el sistema electoral que tenemos como medida para acortar la distancia que se ha abierto entre los ciudadanos y sus representantes. De hecho, es una de las medidas que UPN lleva en su programa, lo que deberá hacerse lógicamente con el suficiente consenso y respaldo.
Otra de las lecciones que nos dejan las elecciones británicas tiene que ver con el resultado. Los independentistas se hacen con la mayoría de escaños de Escocia a costa de los socialistas. Tómese nota. Escocia, una tierra en la que se fijan las formaciones independentistas en España para defender el “derecho a decidir”, como se llama ahora a la autodeterminación o independencia. A Pablo Iglesias, líder de Podemos, parece haberle entrado un ataque de raciocinio cuando afirma que en Cataluña eso no es posible porque no es legal. Bienvenido, aunque sea tarde. Y en Navarra su partido defendiendo una consulta para decidir si Navarra se une a otras comunidades. Ese “derecho a decidir”, para Uxue Barkos, ya existe en nuestro ordenamiento jurídico: la disposición transitoria cuarta, esa que no preocupa ni interesa a los navarros, según algunos, a pesar de que el 71% quiere que Navarra siga siendo Navarra. Vaya poco interés para tan contundente respuesta. Ella ya ha dicho que votaría a favor de que Navarra forme parte de su ensoñada Euskal Herria.
Y un último apunte y no menos importante a cuenta de los resultados en Reino Unido. La sociedad británica ha valorado los esfuerzos realizados en medio de una de las crisis económicas más duras vividas otorgando su confianza a quien ha sido responsable y ha afrontado medidas que había que hacer aun siendo impopulares. En Navarra también la hemos sufrido y hoy es el día en que, reconociendo que sigue habiendo muchos navarros en situación de desempleo, podemos encarar la recuperación económica porque se han hecho los deberes. Con aciertos y desaciertos, pero ahí están los datos que sitúan a Navarra en buena posición. Eso también hay que ponerlo en la balanza cuando vayamos a votar el 24 de mayo.
Alberto Catalán
Presidente Parlamento de Navarra
