Navarra

“La educación de los hijos está condicionada, aunque no determinada, por nuestra propia infancia, por eso es tan importante formarse para educar”

Leticia Garcés Larrea comparte sus experiencias y reflexiones en su segundo libro 'Infancia bien tratada, adolescencia bien encaminada'

Leticia Garcés Larrea apoyada sobre una pila de ejemplares de su segundo libro 'Infancia bien tratada, adolescencia bien encaminada'
photo_camera Leticia Garcés Larrea apoyada sobre una pila de ejemplares de su segundo libro 'Infancia bien tratada, adolescencia bien encaminada'

Leticia Garcés Larrea es Pedagoga por la Universidad de Navarra (2009). En 2010 fundó el centro de orientación familiar Padres Formados, desde donde asesora a familias en crianza positiva e imparte formación a familias y profesionales en temas relacionados con la Educación Emocional y la Parentalidad Positiva, tanto presencial como online, a nivel nacional e internacional. Ahora, tras ‘Padres Formados, Hijos Educados’ presenta su segundo libro: ‘Infancia bien tratada, adolescencia bien encaminada’.

Cuando Leticia se puso a escribir este libro, sus hijos eran adolescentes; por lo tanto, pudo plasmar muchas reflexiones personales que había corroborado científicamente y con las que también había trabajado con distintos grupos de padres y madres. Con el primer libro le pasó algo parecido, sus hijos eran niños, y eso le permitió recoger en las páginas del libro ‘Padres Formados, Hijos Educados’ muchos aprendizajes que habían pasado por su mente de pedagoga y su corazón de madre.

Educar a sus hijos al mismo tiempo que ha acompañado a otros padres ha hecho posible que su propia evolución en todos los sentidos le haya permitido compartir muchas reflexiones necesarias para la vida familiar y fácilmente aplicables a la hora de educar. “Una lectora me decía, «estoy subrayando de amarillo lo súper importante y estoy subrayando todo». Qué bueno que cuando se trata de nuestros hijos, todo nos parezca necesario porque no hace falta tener problemas con ellos para formarnos, se trata más bien de aprender a construir una comunicación positiva, un vínculo afectivo y una confianza incondicional, las bases de toda buena relación”, comenta Leticia Garcés.

Leticia Garcés Larrea junto a su segundo hijo literario, 'Infancia bien tratada, adolescencia bien encaminada'
Leticia Garcés Larrea junto a su segundo hijo literario, 'Infancia bien tratada, adolescencia bien encaminada'

¿Cuándo empieza la adolescencia? Le preguntan a veces. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adolescencia se sitúa entre los 10 y 19 años y la juventud entre los 15 y 24 años. Sin embargo, a ella le gusta decir que la adolescencia empieza cuando tienes un bebé en brazos. “Y créeme que tiene mucho sentido, porque la adolescencia bien encaminada de la que hablo consiste precisamente en haber acumulado a lo largo de la infancia experiencias empáticas suficientes, haber recibido límites protectores que transmiten amor y seguridad y haber participado en muchas conversaciones sintiéndose escuchados y comprendidos. La crianza requiere de más cuidados, de eso no hay duda, pero si garantizamos al menos estos tres, podremos favorecer que el cerebro construya las conexiones cerebrales que necesita en la etapa adolescente, cuando precisamente su cerebro entra en obras y las funciones ejecutivas no tienen tanta fuerza para frenar a esa amígdala tan acelerada que a veces les hace tomar decisiones de riesgo, no pensar en las consecuencias y no medir el impacto negativo de su falta de autocontrol”, apostilla Garcés.

En este libro se explica también que la educación emocional no es tanto llevar a cabo actividades para que los niños aprendan sobre sus emociones, sino el trato cálido que los adultos sean capaces de darles en momentos donde sus emociones precisamente requieren de regulación emocional y ellos necesiten ser bien acompañados, bientratados. No es tanto lo que hacen sino qué mirada tienen hacia la infancia y cómo se gestionan cuando peor se sienten. Esto es algo que la autora ha reflexionado y compartido muchas veces, “pero desconocía que existía una palabra japonesa para hablar de ello y precisamente es el nombre de la colección de la editorial Desclée De Brouwer en el que han incluido mi libro”, manifiesta Garcés. Esa palabra que describe la mirada de la que habla es AMAE, término japonés utilizado por el psiquiatra Takeo Doi. Representa sentir las necesidades y sentimientos de la otra persona, la empatía que se da por sentada y desde la cual se actúa, sin llamar la atención sobre ella. AMAE también se refiere a la actitud no dicha con palabras. Si estás lo suficientemente cercano a ella, sabrás lo que le pasa o lo que siente. Cuanto más cercanos estemos, más AMAE experimentaremos. “Si decides leerme, deseo que mi libro te ayude en tu camino de educar al ser que más amas en este mundo”, concluye la autora.