Experiencias y anécdotas reveladas por cerrajeros profesionales

Los trabajadores que diariamente operan con cerraduras de todos los tipos, desde las más tradicionales hasta las electrónicas de las cuales pocos hogares pueden presumir en la actualidad, no acostumbran a dar demasiada información sobre las labores que desempeñan.

image1
photo_camera image1

Los trabajadores que diariamente operan con cerraduras de todos los tipos, desde las más tradicionales hasta las electrónicas de las cuales pocos hogares pueden presumir en la actualidad, no acostumbran a dar demasiada información sobre las labores que desempeñan. Sin embargo, en la última semana han tenido lugar una serie de entrevistas a diversos profesionales de la ciudad de Valencia. Algunas de ellas son bastante sorprendentes e incluso pueden provocar el esbozo de una sonrisa, mientras que otras vivencias narradas demuestran las dificultades por las que este tipo de empleados suelen pasar sin recibir el reconocimiento que merece una profesión de tanta importancia.

Y es que los cerrajeros llegan a ser muy relevantes sobretodo por la celeridad con la que trabajan resolviendo el contratiempo en cuestión con la mayor brevedad posible, aunque algunos de los problemas acaban resultando en una situación un tanto cómica. Así lo demuestra la primera experiencia contada por los cerrajeros benimaclet, quienes actúan dando un servicio de 24 horas al día que abarca los 30.000 habitantes del popular distrito valenciano. Dos meses atrás recibieron la llamada de un propietario que se había olvidado las llaves de su piso dentro de él, provocando la imposibilidad de acceder a la vivienda en la que también se encontraba un perro que ladraba desconsoladamente al escuchar ruidos que provenían de fuera sin poder establecer contacto físico con su amado dueño. Concretamente se trataba de un galgo, el cual recibió con muchísimo afecto al propietario del piso después de que el cerrajero lograra abrir la puerta. La sorpresa vino dada por la reacción del can al tirarse encima del trabajador de manera cariñosa en una escena que parecía de puro agradecimiento por haberle reunido de nuevo con el ser humano que diariamente le da tanto amor.

Otra divertida anécdota la protagonizó involuntariamente un cerrajero valencia que acudió a un adosado respondiendo a la ayuda solicitada por parte de una mujer de avanzada edad. A pesar de introducir la llave en la cerradura el bombín no respondía como debía, por lo que el empleado tuvo que proceder al cambio del mecanismo dejándoselo funcionando a la perfección. La anciana no tardó en demostrarle su agradecimiento intentando por todos los medios que el trabajador se quedara a comer en su casa, una experiencia que dicho profesional narra entre risas afirmando que prácticamente le resultó más complicado convencer a la señora de que se tenía que ir para seguir trabajando en comparación con las dificultades que surgieron al operar con la cerradura en cuestión.

Aunque las dos primeras experiencias coinciden en ser alegres algunas de las entrevistas revelaron situaciones de auténtica angustia por parte no solo de los clientes que solicitaron la ayuda de los cerrajeros, sino también de éstos últimos. El primer ejemplo es el de una ejecutiva de mediana edad que volvía a su casa con el objetivo de recoger unos documentos que necesitaba con cierta urgencia. Al darse cuenta de que no era posible entrar en su domicilio empezó a ponerse muy nerviosa, pero afortunadamente en un momento de lucidez llamó a los cerrajeros campanar que rápidamente enviaron a un trabajador a la dirección indicada. Conforme el profesional iba llevando a cabo las oportunas tareas con el mecanismo de acceso el estado de inquietud por parte de la propietaria fue empeorando hasta que acabó derivando en un ataque de ansiedad. El cerrajero de inmediato trató de calmar a la mujer y llamó a una ambulancia tras darse cuenta de que parecía faltarle aire al respirar. Su presencia allí fue determinante tanto por haber activado el correspondiente protocolo médico como por los pequeños momentos de aparente calma que logró transmitirle a la ejecutiva, quien después de recibir el oxígeno suministrado por los asistentes sanitarios reconoció que por motivos laborales acostumbra a estar sometida a mucho estrés que ya le ha acarreado sufrir varios ataques de este tipo.

La frustración que se apodera de los propietarios al asumir que no existe la posibilidad de volver a acceder a sus respectivas viviendas de manera inmediata a no ser que recurran a la ayuda de un profesional acaba traduciéndose en un nerviosismo que no siempre conlleva la aparición de una ansiedad tan extrema como la mencionada anteriormente, aunque son muchos los cerrajeros valencia que comentan que en más de una ocasión se han visto obligados a lidiar no solo con el problema de la cerradura, sino también con algunos comportamientos mostrados por los clientes. Es por ello que el prácticamente nulo reconocimiento que reciben dichos profesionales debería ser muchísimo mayor valorando así el esfuerzo que realizan trabajando las 24 horas del día y prestando un servicio muy rápido. Por suerte cada cierto tiempo los empleados que actúan con cerraduras acaban dando con propietarios como los de los primeros casos narrados haciendo que al llegar a casa después del trabajo en su cara se dibuje una impagable sonrisa.