Hemos llegado a una edad privilegiada,
donde no todo son achaques y dolores.
Hemos llegado a una meta envidiada
y debemos disfrutarla con honores.
Teniendo el corazón firme y seguro,
(aunque nos falle alguna vez con sus latidos),
si nuestro cuerpo casi no vale ni un duro,
no debemos por ello, estar abatidos.
Tenemos alma y espíritu vigoroso,
que suple con creces las deficiencias
de nuestro físico, flácido y achacoso.
Y hay el saber que dan las experiencias.
Si el alma es joven y la mente está clara,
si hay en nuestra vida ilusión,
gocemos lo que el destino nos depara
y disfrutemos la más mínima ocasión.
No os entreguéis a la vagancia y la holganza;
vivid cada minuto de la vida
con fe, con animosa esperanza,
que hay quien de nosotros no se olvida.
Si en el transcurso de la vida hemos sembrado
una semilla de familia y amistad,
recogeremos el fruto anhelado
ahora, en nuestra avanzada edad.
Saquemos de esta vida la esencia
de todo lo mejor acontecido,
que éste es el premio a una existencia
dedicada por entero, al ser querido.
Y el premio es la amistad y el amor
que con la dicha de paz y tranquilidad,
tiene que concedernos el Señor.
Yo solo os digo: ¡¡VIVID Y GOZAD!!
Julio Cabrera Cortés
(Jubilado)