Tudela

Los pinos carrascos son nativos en la Cuenca del Ebro

La paleobotánica revela su origen según los estudios del profesor Josu Aranbarri Erkiaga

Charla pino carrasco
photo_camera Josu Aranbarri en un momento de la conferencia impartida en Tudela

En la conferencia del profesor Josu Aranbarri Erkiaga, del departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad de País Vasco, que tuvo lugar el 6 de octubre en Tudela, se arrojaron luz sobre los datos paleobotánicos y antracológicos que abarcan prácticamente todo el Holoceno (últimos 11.700 años). El profesor analizó por qué los pinares de pino carrasco (Pinus halepensis Mill.) en la Cuenca del Ebro han tenido una "mala prensa" en la actualidad.

Según los estudios disponibles, el paisaje de la depresión media del Ebro ha sido mediterráneo, con una presencia notoria de pinares mediterráneos en su historia. Esto se confirma a través de pruebas paleobotánicas y antracológicas que abarcan miles de años. Así pues se ha demostrado que los pinares de tipo carrasco han sido una parte integral del paisaje de la región, junto con otras especies características de la zona, como sabinas, enebros, lentiscos, aladiernos, lavandas y romeros.

Un desarrollo influenciado por la presencia humana

En la Edad de Bronce (hace 5.500) años, y durante la Edad de Hierro (hace 2.500 años), se produjo un aumento significativo de la presencia de pinares de tipo carrasco. Esto puede estar relacionado con un uso moderado del fuego como herramienta agrícola y ganadera. Sin embargo, hubo una disminución de los elementos mesófilos, relacionados con la sobreexplotación del entorno vegetal y un incremento en las condiciones de aridez.

La época íbero-romana se caracteriza por una fuerte antropización del paisaje vegetal, que condujo a una estepización y a la incorporación de elementos exóticos al Valle del Ebro, condiciones que prácticamente persisten hasta hoy.

En resumen, los pinares de tipo carrasco son nativos de la Cuenca del Ebro, y su distribución natural se ha visto influenciada por factores climáticos y por el uso del fuego a lo largo de la historia. Los datos paleobotánicos son esenciales para comprender los cambios en las comunidades vegetales a lo largo del tiempo, relacionados con la variabilidad climática y el impacto humano.

Estudio pionero en Cascante

El proyecto ‘Silvae et Fruges in Cascantum’ (Bosques y Cultivos en Cascante) iniciado en 2023 busca recopilar datos de yacimientos del antiguo municipio romano de Cascantum, que abarcaba gran parte de la Ribera Navarra actual y algunos municipios de Aragón. Financiado por el Departamento de Medioambiente del Gobierno de Navarra y llevado a cabo por la asociación Amigos de la Naturaleza Muérdago y la asociación cultural Amigos de Cascante Vicus, este proyecto busca llenar un vacío en la información paleobotánica de la región.