Tudela

¿Y si montamos una boda alternativa?

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No te asustes. Puede que a los demás sí, y es absolutamente legítimo, pero... ¿a ti no te convencen las bodas de toda la vida, con el guión habitual y la sucesión de momentos que sí son válidos a muchos otros? ¡Pelillos a la mar! Puede que arriesgando un poco (o quizás mucho) puedas encontrar un tipo de ceremonia que, dentro de ese riesgo que supone organizar un evento de calado como una boda, sorprenda a tus invitados. Las siguientes sugerencias son sólo aptas para espíritus extremadamente creativos y, a veces, carteras con fondo profundo.

Boda de fin de semana

Para aquellos a los que el día más feliz de la vida de sus amigos les haya sabido a poco y estén empezando a preparar su enlace ésta es una opción de lo más emocionante.

El concepto consiste en encontrar un lugar en el que algunos amigos y familiares se hospeden junto a los novios y disfruten de diversas actividades juntos, ya sean deportivas, gastronómicas o, cómo no, lúdicas y adaptadas al motivo de la celebración. La imaginación debe mandar. No tiene por qué tratarse de un destino caro o un resort si no andamos finos de presupuesto. Una casa rural, o una finca son perfectamente válidas. Eso sí, la lista de invitados deberá ser más selecta y acortarse a la medida del escenario. Para quienes pretenden disfrutar de una ceremonia más íntima y familiar, es un plan muy recomendable.

Boda noctámbula

Llámese noctámbula, de ‘gaupasa’ o de noche, esta boda lleva implícitas las ganas de fiesta, de bailes alocados en la discoteca o de pequeños ratos en zonas de terraza a la luz de las velas en la madrugada. El escenario no cambia y puede celebrarse en un restaurante o complejo hotelero, con el mismo estilismo que las bodas tradicionales de mañana o de tarde... pero en este caso todo se vive durante la noche.

El colofón perfecto a este modelo de boda puede ser un frugal desayuno o almuerzo temprano por la mañana, ideal para coger el autobús de vuelta a casa y comentar las anécdotas de la velada. No apta para niños o personas de avanzada edad (depende de la marcha que tengan).

Boda sorpresa

Para rizar el rizo, no hay nada como una boda sorpresa, donde la sorpresa la dan los cónyuges a sus invitados y familiares, claro está. Se empieza por organizar un encuentro multitudinario un día concreto, venderlo como una ocasión especial para ir de gala y... de repente, marido y mujer. Será inolvidable por decreto.