Tudela

Viviendo la fiesta con... Carlos Aurensanz (Escritor)

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Por la mañana, ha aprovechado para dar una vuelta en bicicleta de montaña. El deporte es una de sus aficiones. “Viene muy bien. Personalmente mi trabajo es muy sedentario y lo necesito, pero es que además cuando estás agobiado y sales un rato a pedalear o a correr, te quedas nuevo”. Lo dice un veterinario tudelano que, tras años como ávido lector, se lanzó casi sin querer a la aventura de publicar. De ahí nació la trilogía de los Banu Qasi, su exitosa y aclamada puesta de largo. Tras ‘La puerta pintada’ y ‘Hasday, el médico del Califa’, Carlos Aurensanz ya traza las líneas maestras de su próxima novela. La sexta en poco más de un lustro.

Aurensanz ha vivido unos años frenéticos en cuanto a actividad literaria y se ha consolidado como uno de los autores de referencia en el género de la novela histórica. A su meticuloso trabajo -asegura que de tres años de trabajo en su primera obra dos los dedicó a la documentación- se unió una especia de buena estrella al toparse con la editorial Ediciones B. “Estuve ahí en el momento justo, cuando apostaban por este género con autores importantes como Posteguillo”, señala Aurensanz. “Cuando me vi con el manuscrito de 700 páginas dije: ¿por qué no iba a poder leer yo esta novela si la hubiera publicado otra persona? La envié y tuve la suerte que otros no tienen muchas veces porque hay miles de propuestas cada mes”, explica.

“Las fiestas son las fiestas”

Tras unos intensos meses de promoción, Aurensanz volverá ahora a la senda que le llevó a publicar ‘La puerta pintada’, una obra ambientada en el siglo XX y que rompía en cierto modo su exhaustiva y metódica dedicación a la época de Al-Andalus. “Entonces tenía ganas de cambiar, porque no me gusta encasillarme. Y lo mismo me ocurre ahora. Los tiros irán por el siglo XX o XIII, en la época de construcción de la catedral de Tudela. Y hasta ahí puedo leer”, señala sonriendo.

Entretanto, en fiestas se tomará un respiro. “Puede que haya quien piense que soy un ratón de biblioteca, todo el día en el despacho, pero soy de los que sale. Me gusta el ‘pintxo-pote’ de los jueves y salir a cenar con los amigos los fines de semana. Y las fiestas son las fiestas”, afirma rotundo. De hecho, suele permanecer en Tudela del 24 al 30 de julio y ambientarse por completo. “Las vacaciones vienen siempre antes o después. En la familia las disfrutamos mucho, pese a que yo soy de la primera generación de tudelanos de mi familia, que procede de Teruel”, afirma el escritor

"Puede que la gente piense que soy un ratón de biblioteca, pero me encanta salir y en fiestas soy de los que se queda en Tudela"

Y las fiestas, ¿le han inspirado literariamente hablando alguna vez? “En ‘La puerta pintada’ aparecen las fiestas: la procesión, las corridas con Luis Miguel Dominguín o los hermanos Marín... pero estamos hablando de los años 40. porque escribir sobre temas contemporáneos me parece muy complicado. Ahora bien, las posibilidades son muchas. Lo que mejor encajaría sería una trama con un asesinato, de novela negra o policiaca”, asegura.

Para Aurensanz, no existen ni un día señalado ni un acto predilecto. “Lo que más me gusta es convivir con la gente, los ratos de los vermús o los almuercicos... y bueno, en mi caso también tienen un gran protagonismo los toros, porque mis padres viven justo encima de La Parrilla, en el séptimo piso. Yo soy de esos a los que desde la Chata les cantan: “¡Los de La Parrilla, a la taquilla!”, pero reconozco que no me gustan especialmente los festejos taurinos”, afirma el escritor.

En ese sentido, Aurensanz es partidario de que las corridas de toros “den un giro y se modernicen, dejando atrás los festejos con muerte, pero sin prohibiciones”. Su relación con este mundillo va más allá, debido a la que parece la cada vez más clara vocación de su hijo, el recortador Arturo Aurensaz.