Pocos son los privilegiados que han tenido la oportunidad de vivir semejante momento. Dicen que cuando se abren las ventanas del balcón de la Casa del Reloj, uno entra en otra dimensión, en otra realidad. Una escena imborrable teñida en blanco y rojo. Jesús Álava, Reyes Carmona y Enrique Martín son los tres últimos lanzadores del chupinazo. Un instante que quedará en su memoria para siempre y que recuerdan con emoción.
Un privilegio
Ni que decir tiene que todos ellos coinciden en el sentimiento de orgullo que supone poder erigirse en protagonista del pistoletazo de salida de las fiestas. "Es un privilegio. Todo el mundo está esperando ese momento y las fiestas de Tudela son lo más grande que tiene esta ciudad", relata Jesús Álava, 'chupinero' en 2011.
Reyes Carmona vivió lo mismo en 2012 y describe el momento como "muy emocionante". "Para mí supuso un orgullo y volviendo atrás puedo decir que ha sido uno de los mejores días de mi vida", relata, recordando especialmente el momento de abrir las puertas para salir al balcón.
Por su parte, Enrique Martín desvela que sintió un "ataque de responsabilidad y de extraordinaria ilusión". "Es uno de los mayores acontecimientos del año. Las sensaciones son muy difíciles de expresar. Es extraordinario ver cómo todo el mundo está pendiente del chupinazo desde antes de las 12", expresa el edil del Partido Popular.
A diferencia de Milagros Rubio, la encargada de lanzar el chupinazo de 2014, que conoció la noticia justo un mes antes del inicio de las fiestas, a los tres protagonistas de estas líneas el 'bombazo' les llegó con apenas días de antelación. ¿Es mejor o peor? Reyes Carmona lo tiene claro. "Yo prefiero que me lo digan con dos días de antelación, no con más", afirma tajante, recordando los nervios que vivió en esas jornadas previas.
Los momentos de espera
Unos nervios que en su caso concreto desaparecieron nada más entrar a la Casa del Reloj. "Parece mentira pero, desde ese momento, estuve mucho más distraída, atendiendo a los medios a muchos compañeros. Se me pasó todo", rememora Carmona. Jesús Álava reconoce, al hilo del inevotable nerviosismo, que a él le venían muchas cosas a la cabeza. "Estar con masas ya me había tocado, pero, claro, esa masa es diferente", dice el actual concejal de Deportes y Turismo.
Para Enrique Martín, fueron dos días muy inquietos los que le tocó vivir antes de que llegase el momento mágico del 24 de julio. "Cuando salí al balcón estaba muy nervioso, lo reconozco. Hasta que no empecé a hablar ante el micrófono no me calmé", relata el edil popular.
Enrique Martín, edil de PP, asegura que estuvo "estudiando cohetes previos en vídeos de Youtube" a modo de guía. Álava y Carmona, en cambio, tenían claros los 'vivas'
Curiosamente, el propio Martín reconoce que se "empolló otros chupinazos" a modo de guía para cuando le tocase pronunciar las palabras clave. Aunque la fórmula parece clara y los 'vivas' son prácticamente universales, es normal que el protagonista no las tenga todas consigo. "Lo hice en cierto modo para tranquilizarme, porque pensaba que me iba a quedar sin habla. Y aunque quise que fuera rápido, sí que la gente de la plaza me transmitió pausa", relata.
Esa simbiosis o comunión con el grueso de mozos y mozas también la vivieron Carmona y Álava, quienes tenían más claras sus palabras. "Yo no dudé. Navarra, Tudela y Santa Ana. Y poco más", reconoce Álava. "Yo quise ser breve", explica Reyes Carmona. "Todo el mundo está pendiente, tiene ganas de que empiece todo y no hay que hacer esperar", coinciden los tres.
Milagros Rubio será esta vez quien tome su relevo. Todos ellos muestran un pensamiento común: el momento se pasa rapidísimo. "Por eso, lo único que hay que decirle a Mila es que lo disfrute", asegura Carmona. "Más que eso, que también, yo le diría que lo saboree, que es un momento único", expresa Álava. A la cuenta atrás le queda menos.
Mikel Arilla
