El correo electrónico ha revolucionado las comunicaciones empresariales y ha sido una herramienta muy valiosa para los colaboradores externos, como clientes y proveedores. Sin embargo, su popularidad ha llevado a un aumento en los ataques cibernéticos, y las empresas han implementado medidas de defensa técnicas, como antivirus y análisis de vulnerabilidades.
Para garantizar una mayor seguridad, también se deben aplicar buenas prácticas, como contraseñas robustas y la autenticación de factor múltiple. Otros riesgos asociados con el correo electrónico incluyen el cybersquatting, una estrategia de suplantación que implica comprar dominios similares a los de la empresa original con fines ilegítimos. Se pueden prevenir estos ataques registrando variaciones de nuestro nombre de dominio, renovando el nombre de dominio antes de que expire y configurando medidas de autenticación del correo electrónico. Otro tipo de ataque común es el email spoofing, basado en la falsificación de la dirección del remitente de un correo electrónico para suplantar la identidad de una persona o identidad.
La cultura en ciberseguridad también es importante para garantizar la protección contra ataques, y es esencial limitar la información personal publicada en línea.
Finalmente, los usuarios deben ser conscientes de las amenazas asociadas con los mensajes que contienen referencias a pagos o cambios de detalles bancarios y archivos adjuntos o enlaces desconocidos. La aplicación de medidas de seguridad y buenas prácticas puede ayudar a evitar que una cuenta de correo electrónico sea comprometida o que una empresa sea víctima de phishing u otras amenazas cibernéticas.
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