El Carnaval llegará a la Ribera el último fin de semana de febrero. La alegría, jolgorio y diversión que entraña esta celebración se vivirán al unísono en la mayoría de las localidades de la zona. Tan sólo Fontellas -que adelantará su celebración al fin de semana del 18 y 19 de febrero- y Villafranca -que tendrá que esperar hasta el 3 de marzo a que la fiesta dé comienzo, se desmarcan en la celebración de estas fiestas de origen pagano en las que la imaginación y la fantasía se confunden en muchas ocasiones con la realidad.
Además de los tradicionales desfiles en los que tanto pequeños como mayores lucen orgullosos sus disfraces, varias localidades cuentan con una serie de personajes propios de estas fechas que, con su presencia, animan no sólo las calles, sino a todos los vecinos. En Tudela, la figura principal de Carnaval es el Zipotero Mayor. Él es el encargado de leer el pregón que da comienzo a los Carnavales en la capital ribera.
Por su parte, Cascante cuenta desde hace unos años con los “zarrapoteros”. “Aprovechando que teníamos en la localidad dos gigantes, un cíclope y una bruja que representaban lo malo que había acontecido en la localidad a lo largo del año, decidimos crear la figura del zarrapotero como representante de lo bueno”, explicó Luis Alberto Vilda. Salen a la calle la noche del viernes de Carnaval y, tras su particular desfile, queman en una plaza un simbólico saco lleno de miserias e invitan a chistorra a los vecinos.
En Cintruénigo, los “zarramuskeros” ensuciarán a aquellos que se encuentran con la cara descubierta. Recuperados por la peña Cirbonera, estos personajes salen a la calle las tardes del sábado y domingo de Carnaval.
