Dieron las 12 del pasado sábado día 29 y estalló la alegría y el bullicio callejero en las calles de Ejea de los Caballeros, dando paso al primer día de las fiestas patronales de la Virgen de la Oliva. Son las fiestas del 50º aniversario de los pueblos de colonización que llegaron con una cita inexcusable, la III Muestra El vino en la calle en La Botillería, el viernes 28.
Después del cohete anunciador y del pregón, a cargo de ocho vecinos de los pueblos de Ejea, el alcalde, Javier Lambán, expresó su deseo de “que los ejeanos y todos los que nos acompañen sean muy felices. Las fiestas han empezado de la mejor manera, con mucha alegría, con mucha gente, con mucho entusiasmo y sobre todo con una unión entre todos los pueblos de Ejea que ojalá se consolide en el futuro y marque la trayectoria en el siglo XXI”.
Después del paseíllo por la calle Ramón y Cajal, el destino para una buena parte de los jóvenes y adolescentes fue cumplir con el rito del chapuzón de Bañera, aunque la mañana no era tan calurosa como las de los días anteriores. Hubo quienes se ataviaron con disfraces de campesinas; mientras que otros optaron por atuendos más veraniegos. Hasta niños de meses lucieron el blanco y azul típico de las fiestas de Ejea.
La descarga de adrenalina fue total cuando marcaron las 12. Antes hubo quienes disfrutaron del almuerzo en la peña Los Pepitos, en donde la longaniza, el pan, el vino y las bebidas se quedaron cortos para atender a las decenas de ejeanos que se acercaron para degustar este magnífico manjar amenizado por los Artistas del Gremio que recorrieron con las peñas la calle El Toril, Ramón y Cajal, plaza de la Oliva, Paseo del Muro hasta llegar a Bañera. Las brigadas de limpieza dejaron expedita de botellas la avenida Cosculluela y el cruce con paseo del Muro después del chupinazo.
