El pasado 6 de enero el Club Deportivo Buñuel, junto a sus veteranos y el consistorio de la localidad, se vistieron de Reyes Magos para entregarle a Rodolfo Escalada el mejor de los regalos posibles: un merecido homenaje, por el “buen sabor de boca que dejó como entrenador. Así lo explicaba Luis Polo, secretario del club durante veinte años, en el discurso que leyó durante el acto y que terminaba con estas palabras: “Rodolfo, ya ves como el club te recuerda con mucho cariño y aprecia mucho la gran labor que hiciste como profesional, un abrazo”.
Escalada, que jugó como portero en distintos equipos de todo el país, recaló a principios de los 80 en esta localidad ribera, donde trabajó como entrenador durante tres temporadas y dejó sin duda una gran huella. “Ha sido uno de los técnicos más carismáticos que hemos tenido en nuestros 40 años de historia, por su ímpetu y el espíritu ganador que tenía, con el que motivaba a los jugadores”, explicaba el presidente del club buñuelero Alfonso Bordonaba.
Buñuel demostró su cariño al ex-entrenador entregándole una placa conmemorativa, un cuadro con sus fichas de entrenador, una talla de madera, una insignia, un llavero del club y un pañuelico. En el Jesús Remón se dieron cita cerca de 200 vecinos de la localidad, los integrantes de todas las categorías del club y un gran número de directivos y jugadores que coincidieron con Escalada. Éstos últimos protagonizaron un partido muy especial, que el homenajeado siguió como antaño desde el banquillo, y que terminó con una foto de familia. Según palabras de Bordonaba, Escalada, que estuvo acompañado por su mujer, su hijo y su nuera, estaba “muy emocionado, porque nos quería mucho al club de Buñuel”.
