Tudela

El regreso de Mandiola apuntilla al Tudelano

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El 25 de septiembre, el Tudelano ganó al Caudal Deportivo en el Ciudad de Tudela. Todavía hoy, desde entonces, el rendimiento como local del conjunto entrenado por Sergio Amatriain es una isla en mitad del océano. Solo ha conseguido dos puntos más jugando en casa y las sensaciones comienzan a tomar visos de síntomas de una apatía alarmante e irremediable. Este domingo, ante el Burgos, el Tudelano ha sucumbido en el que ha sido, sin duda, su peor partido jugado en casa hasta la fecha (0-2). El regreso de Mandiola como técnico de los burgaleses no ha podido ser más amargo para el equipo blanquillo, que se ha visto superado ante un rival que tuvo los méritos justos y no sufrió en exceso.

La vuelta de Manix rebrotó un recuerdo dulce para la afición. Pero su regreso también se dejó notar en el césped, en el esquema del Burgos, cuyo dibujo recordó por momentos a los 'once magníficos' que el pasado curso jugaban en el otro bando. Una memoria que simplemente se dio sobre el papel, puesto que los nuevos jugadores de Manix demostraron en los primeros minutos por qué no les va demasiado bien en la tabla. El Tudelano apretó por momentos frente a un adversario cuya única virtud -sello Mandiola, por supuesto- fue vaciarse en la presión y crecerse en los choques, disputas y balones divididos. Toda una lección de cómo resistir a base de garra sin contar con un talento desmesurado.

Los locales se acercaron con peligro relativo a la meta de Toni Lechuga. Relativo porque los disparos llegaron desde fuera del área, de los pies de Ibai Ardanaz y de Chema Mato en las opciones más inquietantes. Pero con esa artillería no iba a bastar. La intensidad del Tudelano resultaría además ser un espejismo visto el desenlace del duelo. Incluso en la primera mitad, el Burgos pudo verse con resultado favorable de no ser porque el colegiado anuló el gol de Montero por falta previa a Corral. Una internada de Delgado por la derecha desembocó en la otra ocasión blanquilla, que acabó con un remate forzado de Iñigo Ros con el pecho. Fue la única vez que se generó peligro dentro del área burgalesa. Metralla sin resultado. Mala señal.

El descanso y la charla en vestuarios no cambiaron demasiado el panorama. El Burgos se encontraba cómodo esperando y conteniendo la elaboración de los pupilos de Amatriain. Progresivamente, los jugadores locales se iban perdiendo en sus propias combinaciones, sufriendo alguna que otra pérdida de concentración y escogiendo las peores decisiones en los pases. Ni Lázaro, ni Mato, ni Ibai anduvieron demasiado finos. Solamente algún remate de Albes, que sufrió las penurias de encontrarse demasiado solo en punta sin poder explotar su velocidad, levantaba el ánimo de vez en cuando. El partido aburría a propios y extraños. El silencio se apoderó de gran parte del Ciudad de Tudela. Quedaba un cuarto de hora. Y lo peor aguardaba para la recta final.

Quizas nadie en el estadio tudelano se esperaba el primer gol del Burgos. A trece minutos para la conclusión, un pase largo aparentemente inofensivo desde el flanco derecho abrió un cráter en la defensa del Tudelano. Un agujero de dimensiones desmesuradas que no desaprovechó Adrián Hernández, salvando la salida desesperada de Pagola y tocando suavecito para introducir el esférico en la portería. El Burgos apenas había dado señales de vida en la segunda parte, pero enmudeció a todo el campo.

La reacción llegó, como de costumbre, pero con prisas y ahondando en un caos posicional y organizativo que no podía acabar nada bien. Que se lo digan a Delgado. El murchantino tuvo que cortar por lo sano un contraataque fatal en el minuto 90, llevándose la tarjeta roja y marchándose cabizbajo del campo. De camino al vestuario, se saludó con un Mandiola que, pese a estar en el bando rival, parecía sufrir también por la depresión general de la grada. Para terminar de caldear los ánimos, Prosi transformó el libre directo y colocó un 0-2 que dolió como las más crueles goleadas. Una puntilla amarga y violenta para un equipo que fue muriendo paulatinamente. El debut de Juanmi, activo y entregado, fue lo único positivo de una mañana para olvidar. De camino a los vestuarios, numerosos aficionados la tomaron con Amatriain, cuyo rostro esbozaba también la decepción.

Ficha técnica

TUDELANO: Pagola; Meseguer, Lalaguna, Corral, Juanmi (Javi Cabezas, m.78); Lázaro; Meseguer, Iñigo Ros, Chema Mato, Ibai; y Aser Albes (Jiménez, m.83).

BURGOS: Toni Lechuga; Andrés, Pérez (Jorge García, m.90), Sergio Esteban, Dani Gómez; Cusi, Prosi; Miranda (Armiche, m.58), Adrián Hernández, Jorge Fernández; y Montero (Diego Suárez, m.65).

ÁRBITRO: Catalá Ferrán (Comité Catalán), asistido por Gimeno y Rosco. Amonestó por el Burgos a Montero, Andrés y Armiche. Por el Tudelano, expulsó con roja directa a Delgado (m.90).

GOLES: 0-1, m.77: Adrián Hernández. 0-2, m.91: Prosi.

INCIDENCIAS: Unos 500 espectadores en el Ciudad de Tudela.