Cintruénigo

4.000 personas en torno a las brasas

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Como cada año, en la noche del próximo 23 de junio, alrededor de 4.000 personas -entre locales y foráneos en su mayor parte- se darán cita en el anfiteatro de la ermita de la Virgen de la Peña, en la localidad soriana de San Pedro Manrique (a 48 kilómetros de Soria), para contemplar un espectáculo único en España y declarado de Interés Turístico Nacional: el Paso del Fuego, acto con el que la localidad inicia unas fiestas en honor a San Juan y San Pedro -sus patronos-, que se prolongan hasta el 25 de junio, con la celebración, el 24, del Día de las Móndidas.

Ambos acontecimientos, con los que se conmemora el solsticio de verano, hacen de esta localidad soriana un punto estratégico para la reunión de turistas y de medios de comunicación. Así lo corrobora el primer teniente de alcalde de la localidad, José Antonio Hernández. “Si el día 23 cae en fin de semana, nuestro pueblo se queda pequeño para albergar a los turistas que llegan. Viene gente en autobús desde sitios tan lejanos como Valencia”, asegura.

El Paso del Fuego se inicia a las doce de la noche, y está reservado exclusivamente a los habitantes de la localidad. “Se trata de un acto muy nuestro que cuidamos con mucho celo”, subraya el teniente de alcalde. Depende de los años, pero el grupo de pasadores suele estar integrado por 12, 15 ó 18 personas, entre hombres y mujeres que, de forma inexplicable, pasan por encima de los 5 metros de largo de la alfombra de brasas, con los pies descalzos, sin sufrir quemaduras. Al parecer, el secreto reside, como cuenta Hernández, en “pisar con toda la planta del pie, con confianza y firmeza, los restos de la hoguera”; si bien la leyenda cuenta que es la fe de los sampedreses la que impide que se lastimen.

A la mañana siguiente, día de San Juan, el alcalde y los ediles, a lomos de caballos, emulan lo que sus antecesores hacían hace 500 años: recorren las calles del pueblo y los restos de la muralla, simulando echar a judíos y forasteros.