“¿Por qué la escuela no es un parque de atracciones?”, preguntó Gregorio Luri Medrano en la conferencia impartida este lunes 9 de enero en el Centro Cívico Lestonnac de Tudela. El maestro de profesión, pedagogo, filósofo y vocacional investigador en materia educativa, oriundo de Azagra, reflexionó en torno a cuestiones actuales del debate pedagógico y defendió la labor esencial de la Escuela en la sociedad. “La Escuela debe ayudar al niño a superar los condicionantes de su mundo familiar y social, inculcando la cultura del esfuerzo”, indicó.
Estas ideas fueron desgranadas por Luri en el encuentro organizado por Sociedad Civil Navarra que presentó José Luis Pérez Lizar, responsable de la entidad organizadora en Tudela, que contó también con la participación de Eduardo López-Dóriga, presidente de SCN a nivel navarro.
Para el azagrés afincado en Barcelona, la Escuela no es un parque de atracciones porque “existen maestros que te ayudan a ponerte de puntillas y ver más allá, proyectándote hacia el horizonte de tu vida. La Escuela, con mayúsculas, debe considerarse como una experiencia terapéutica”, dijo. Asimismo, Luri planteó uno de los problemas más importantes que se viven en el entorno educativo y familiar, la sobreprotección de los niños. “Nuestros hijos ya no tienen ámbitos para jugar autónomamente como niños sin la directa supervisión de un adulto. La superprotección crea niños inmaduros, no creativos, narcisistas con miedo al fracaso”, destacó.
Luri también hizo un repaso a interrogantes como "porqué pedimos a los niños que razonen sus respuestas y no consiguen razonarlas". "¿Es posible que no les enseñemos a razonar? ¿Es real la dicotomía entre memorización y comprensión?", se preguntó. Sobre hablar y escribir bien, adelantó que serán competencias que se valoren en el futuro. Por ello, Afirmó que "la atención es el nuevo cociente intelectual" a tener en cuenta, y aseguró que "el pensamiento está directamente relacionado con la escritura". "Es fundamental leer", aseguró, por ello destacó que "ser niño es tener más energía que sentido común para controlarla", y que "el reto es conducir esas capacidades para educar". Educación, describió recordando a su Madre, es poder presentarse en cualquier sitio "sin prepotencia ante el humilde y sin someterse al poderoso". Por todo ello, apostilló que "el maestro debe ser el amante celoso de lo mejor que puede ser el alumno". Reconociendo que "educar es siempre subjetivar", se preguntó si es posible educar en competencias que va a requerir un futuro que desconocemos. "¿Cómo transformar el error de un alumno en una oportunidad de aprendizaje? ¿Qué significa el éxito escolar?", destacó como claves pedagógicas a aplicar y buscar.
Éstas y otras preguntas fue abordando Gregorio Luri a lo largo de hora y media larga de charla, en la que apuntó que la investigación pedagógica demuestra que “para aprender a razonar hay que aprender a escribir”. Además, defendió las experiencias pedagógicas en las que toda actividad docente gira en torno a la gramática. “Para aprender a pensar es más importante aprender a escribir que leer mucho. Escribir no es sólo una forma de trasmitir ideas, sino un modo de tenerlas. Todos los profesores, sea cual sea su materia, deben ser también profesores de gramática”, apostilló.
La memoria como base del conocimiento
Una cuestión esencial que expuso con vehemencia es el trabajo de la memoria, afirmando que es falsa la dicotomía entre memoria y comprensión. “No se puede reflexionar sobre conocimientos ausentes, lo que no se guarda en la memoria no se ha aprendido. La repetición es fundamental para trabajar la memoria, pero muchas veces el alumno considera aburrida esta repetición por lo que el docente debe ingeniárselas para evitar este problema”, afirmó. En este sentido, Gregorio Luri reivindicó también el papel del maestro.
Por otro lado, señaló que los debates pedagógicos se viven con una fuerte intensidad ideológica que no es recomendable. Y puntualizó que los cursos 3º y 4º de Primaria son esenciales en la educación de un niño. “Los alumnos pasan en esa edad de aprender a leer a aprender leyendo. En este tránsito se puede determinar con muchas probabilidades de acierto el éxito futuro de un alumno. Y en este tránsito juega un papel determinante la riqueza lingüística. Aquí está el punto de fractura de nuestro sistema educativo”, sentenció con firmeza.
