Tudela

Rafael Moneo vuelve a Tudela con una exposición de su obra

Hasta el 4 de junio la Casa del Almirante acoge una exposición intimista de las obras del arquitecto tudelano Rafael Moneo a lo largo y ancho de la Comunidad foral.

Exposición Moneo vitrina
photo_camera Se pueden ver objetos muy queridos por Moneo, como cuadros pintados por él mismo cuando todavía era niño; escritos en revistas cuando estudiaba en Jesuitas

Asus 85 años, el arquitecto tudelano como una de las figuras más significativas del mundo de la Arquitectura y de mayor proyección internacional del último medio siglo, recoge los frutos del trabajo bien hecho. La exposición que lleva su nombre y que recorre su trabajo en Tudela y otras localidades navarras fue inaugurada por él mismo el viernes 17 de febrero. 

Y lo hizo rodeado de amistades, compañeros de estudio, gentes de la ciudad, representantes políticos y personas significativas para Tudela como la afamada María Carmen Forcada. 

Así pues, las salas de la Casa del Almirante de Tudela albergan hasta el próximo 4 de junio la exposición ‘Rafael Moneo en Navarra’, comisariada por los arquitectos Belén Esparza, Curro Blasco y Sixto Marín. 

Rafael Moneo en el centro unto a M.ª Carmen Forcada, ambos escudados por los comisarios y autoridades
Rafael Moneo en el centro unto a M.ª Carmen Forcada, ambos escudados por los comisarios y autoridades

La exposición

En una retrospectiva de su vida y obra, que se inicia con su infancia en Tudela, la exposición consigue entrelazar su trayectoria personal con la profesional a través de la mirada a sus obras. 

Recorriendo las plantas superiores del Palacio tudelano se discurre al mismo tiempo por esta visión íntima del arquitecto. Desde sus primeros bocetos, recortes de periódico atesorados por sus padres, primeros trabajos y obras determinantes que se muestran con maquetas, imágenes, fotografías, recuerdos y una sala de proyección. 

Según apuntó Belén Esparza en su intervención, tras su paso por el Archivo Real y General de Navarra (precisamente obra de Moneo), fue un auténtico reto adecuar la muestra al espacio expositivo de la Casa del Almirante. La exposición, tras ver la luz en Pamplona a finales de octubre, se presta hasta el 4 de junio a las gentes riberas. 

La entrada es gratuita y se puede disfrutar en el horario del Palacio, de lunes a sábado, por la mañana de 09:30 a 13:30 horas y por la tarde de 17:30 a 20:30 horas. Mientras que los domingos, solo está disponible el acceso por la mañana.

A través de un balance de todos los trabajos realizados en Navarra a lo largo de seis décadas de creación incesante, la exposición viaja desde sus primeros trabajos hasta la actualidad. Una forma de conocer a Rafael Moneo con cercanía y perspectiva al mismo tiempo. 

En ella se hace especial hincapié en las obras de Moneo en Tudela, como son el colegio Elvira España, la residencia de la Misericordia, la urbanización del paseo del Queiles, entre otras. Pero también aproxima al público a su obra en otras partes de Navarra, algunas tan relevantes como el citado Archivo Real y General, la ampliación de la plaza de toros y la plaza de los Fueros de Pamplona. 

Además, se pueden ver objetos muy queridos por Moneo, como cuadros pintados por él mismo cuando todavía era niño; fotos de su juventud, como una corriendo el encierro de Pamplona; escritos en revistas cuando estudiaba en Jesuitas; o una serie de dibujos a lápiz sobre papel sulfurizado de hace 60 años. 

Emoción y cariño en una apertura multitudinaria

Muchas fueron las personas que colmaron la sala baja de la Casa del Almirante para escuchar y recibir a Rafael Moneo junto a María Carmen Forcada, quienes a su llegada protagonizaron un momento entrañable. Forcada es presidenta de Honor del patronato de la fundación que lleva su nombre y donante a Tudela de la Casa del Almirante que acoge la exposición. 

La gratitud y la alegría fueron las notas reinantes de la intervención de Moneo a su ciudad natal, la cual dejaría para estudiar en Madrid en en 1954 pero de la que “nunca” se ha ido, señaló. De hecho, su figura elegante es fácilmente reconocible cada año procesionando junto a Santa Ana cada 26 de julio.

Para comenzar, quiso poner en valor su lugar de origen y ensalzar que nacer en un pueblo es algo de lo que sentirse orgulloso porque “ayuda a conectar con todo y te adelanta para conocer cómo es la vida”. Reconoció su trabajo dando las gracias por la ayuda recibida, hizo un mención a varias de sus obras en Navarra recordando detalles y matices. “Me considero inmensamente afortunado de manifestar mi agradecimiento y de presentar mi carrera de mis paisanos”. 

Finalmente dedicó un momento de recuerdo a “los que faltan” en referencia a su abuela Petra, sus padres Beatriz y Rafael y su hermano Mariano. Admitiendo emocionado que su presencia habría hecho de la inauguración un “auténtico paraíso” para él. 

A la apertura de la muestra acudieron, entre otros, los consejeros del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola (Cultura) y José María Ayerdi (Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos); el alcalde de Tudela, Alejandro Toquero; los tres comisarios de la exposición, Belén Esparza, Curro Blasco y Sixto Marín; y María Carmen Forcada.  

Dos años de preparación para la exposición

Tal y como relató la arquitecta Belén Esparza, la exposición es fruto del incansable trabajo de dos aos de los comisarios; ella misma junto a Curro Blasco y Sixto Marín. Nacida de la necesidad de condensar y honrar la trayectoria de Moneo, la muestra se compone también de anécdotas y datos biográficos de su pasado aportados por las gentes tudelanas.

Sus obras en Tudela son siete, a las que se suman dos proyectos no ejecutados en la ciudad, como son la reforma del edificio de ‘Sementales’ que ha vuelto al centro del debate una vez más o el barrio de Gardachales que desarrollará la ciudad por la avenida Zaragoza dirección a Fontellas. 

La tienda de Confecciones Gallego en la calle Carrera, ya desaparecida; un edificio de viviendas de seis plantas en la calle Eza; el colegio Elvira España; la residencia de la Misericordia, a la que siguió la urbanización del paseo del Queiles; la casa Añón en la carretera de Corella y la empresa Promel en el polígono industrial. 

Siete proyectos muy diferentes entre sí en cuanto a estilo y formapero con un mismo hilo conductor; la firma del arquitecto tudelano con más proyección internacional, Rafael Moneo.