Con el deseo de que no fuera una imagen totalmente nueva, sino que estuviera vinculada a la que están acostumbrados a ver los tudelanos cada domingo de Resurrección, comenzó César Muñoz Asensio -hijo del conocido pintor César Muñoz Sola- los trabajos de restauración del templete del que sale este popular personaje tudelano. Una intervención que se prolongó en el tiempo durante tres meses (se ha realizado en Madrid y Barcelona) y que dio comienzo el pasado mes de octubre con la búsqueda de temas e imágenes. “Quise plantear un templete en estilo clásico y, por otro lado estaba la idea de romper, ya que no me apetecía restaurar las mismas pinturas porque para mí no tenían un excesivo valor, pero tampoco me interesaba romper la tradición figurativa y tan reconocible del templete”, explicó Tomás. Compuesto por 11 lienzos totalmente restaurados y con unas dimensiones de 3,70 metros de altura y más de 3 de ancho, la parte exterior cuenta con los mismos elementos que la anterior (capiteles, molduras...) pero plasmados en un dibujo “más fino”, según su autor, quien explicó que la técnica empleada ha sido la pintura acrílica.
Las tareas de reparación también han pasado por mejorar la carpintería de madera sobre la que se articula la ceremonia. El encargado de llevarlas a cabo ha sido Juanjo Sánchez, quien explicó que había creado un nuevo armazón en el que va el rodillo que soporta la maroma. “Hemos reproducido lo mismo, pero ahor está mejor tratado y con madera recuperada”, dijo Sánchez. Los casquilletes que soportan las cuerdas de tiro en la Casa del Reloj y en el otro extremo de la plaza también han sido restaurados. En cuanto a las maderas que componen el templete, éstas también han sido renovadas. El nuevo aspecto de la ceremonia se completará con una nueva nube. Realizada por Alicia Otaegui, mantiene la estructura de antes, es más voluminosa
