Salud
Hace veinte días el Consistorio tudelano tuvo conocimiento de la existencia de varias decenas de ejemplares de mejillón cebra, en estadío juvenil y adulto, en diversas tuberías de regadío de la zona de Montes de Cierzo que se abastece desde el río Ebro. Automáticamente, el Ayuntamiento, que estaba en alerta ya que, como reconoció la alcaldesa en funciones, Mariví Castillo, “se sabía que podía llegar”, ha puesto en marcha un plan de prevención con el fin de evitar que se extienda y de que los daños que provocan, tales como “la afección en otras especies y los perjuicios económicos en todas las conducciones hidráulicas”, como explicaba Castillo, sean mínimos. Recordemos que el mejillón cebra es considerado como un agente de cambio ecológico radical y se adhiere muy fácilmente a las tuberías actuales, hechas de polietileno, provocando su progesivo bloqueo y deterioro.
Castillo aseguró que no nos encontramos en una situación alarmante, puesto que se ha encontrado un número muy reducido de este molusco y que, a pesar de que no es posible la erradicación total, se han detectado a tiempo para poder controlarlos.
Además, recalcó que “no existe ningún riesgo para la salud humana y que no existe constancia de esta especie en ninguna de las canalizaciones de captación de agua de consumo”. “No hay peligro en el riego, ni en el consumo de productos propios del cultivo, ni hay problema en el agua para beber”, añadía.
El Ayuntamiento ha encargado a la empresa Anhidra un estudio y un muestreo sobre los regadíos afectados para que analicen la situación real y poder tomar las medidas adecuadas, para las que esperan contar con el apoyo económico del Gobierno foral.
