Dos años sin fiestas de Santa Ana han sido demasiado largos y duros por todo lo que hemos padecido con la pandemia. Las consecuencias del virus y la reciente invasión de Ucrania nos han dejado una situación social y económica complicada que desde las instituciones intentamos mejorar junto al importante tejido social de nuestra comunidad.
Sin embargo, este verano también podemos disfrutar de las fiestas. De sus Chupinazos, de los vermús, de las comparsas de gigantes y de un sinfín de momenticos que nos darán nuestras fiestas patronales. Las fiestas tudelanas de Santa Ana son una cita obligada en el verano navarro y esperamos que recuperemos la alegría, el buen ambiente y las ganas de bailar y de cantar tan tradicionalmente nuestras.
Es momento de celebrar y de volver a la calle. Con moderación pero con mucha más alegría, después de todo lo pasado. Deseo a toda Navarra que disfrute de las fiestas de Santa Ana. Especialmente a los y las tudelanas. Por todo lo alto. Con igualdad y en una fiesta para todos y todas.
