Llega la Navidad y con ella llegan muchos momentos y situaciones que parece que son exclusividad de estos días.
Luces, música, comidas y reuniones familiares, villancicos, emociones, besos, abrazos, Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, las uvas, el belén, Olentzero y los Reyes Magos. Resumiendo todo es muy bonito, todo es felicidad. El corazón se nos encoge y las emociones nos afloran. Todos somos buenos, más comprensibles con todo lo que nos rodea y los problemas parece que desaparecen. Tenemos más respeto que nunca y somos los más tolerantes del mundo.
Dentro de la multitud de reuniones que en estos días se producen e incluso se provocan con amigos, familiares o incluso con gente que el resto del año apenas tienes contacto, todas las conversaciones tienen un tono muy amable, muy cordial y todo se trata de una forma muy tranquila y de forma muy positiva.
Por todo lo relatado con anterioridad mi propuesta sería que la Navidad fuera durante todo el año. Que todos estos propósitos se trasladaran a la vida cotidiana de cada día durante los 365 días del año. Desde cualquier ámbito que nos encontremos, independientemente a lo que nos dediquemos y cualquiera que sea nuestro estatus o nuestra profesión. Sería trasladar todas estas aptitudes a la educación, a la cultura, al deporte, a nuestra vida profesional, con nuestros hijos, con nuestros mayores y con todos los que nos rodean.
En sí mismo sería convertir la rutina diaria en una vida y un mundo mejor para todos, que nuestra actitud en estos días de navidad se traslade a todo el año.
Y es muy fácil de entender, que todo esto, depende exclusivamente de nosotros y de nadie más. No hay excusas y es nuestra responsabilidad que entre todos consigamos ser más felices
Feliz Navidad para Murchante y toda la Ribera.
