Opinión

28 de mayo: Día internacional de la salud de las mujeres

El día internacional de la salud de las mujeres se conmemora desde 1987 a propuesta de la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos impulsada por las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe. Se inicia con el  Programa de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo, acordado en 1994, con el seguimiento en la Plataforma de Acción de la Conferencia Mundial de la Mujer de Beijing; al igual que en tratados y convenciones de derechos humanos, como  la CEDAW (CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER).

El lema que la mueve es, “la salud y los derechos sexuales y  reproductivos son derechos humanos y de ciudadanía. ¡Que el Estado los garantice, proteja y promueva!”.

Los cambios en estos cuatro años en Navarra reflejados en el  informe SOMBRA CEDAW 2015-2018 de Navarra, son importantes y significativos. Se aprobó el decreto de salud sexual y reproductiva en noviembre 2016. Basado en un proceso participativo, un decreto que garantiza entre otras cuestiones las interrupciones de los embarazos no deseados y  la prevención de los mismos por medio de la educación sexual. Se amplían prestaciones como la reproducción asistida en mujeres solas o con pareja del mismo sexo, el diagnóstico preimplantacional y la atención a la transexualidad, además de atención a colectivos con más vulnerabilidad. Hoy, gracias a esto, Noel y otras criaturas están en el mundo. Los nuevos Centros de Salud Sexual y Reproductiva están  abiertos a ambos sexos, ofreciendo una atención integral, multidisciplinar, más adecuada a la realidad de la salud sexual, con programas dirigidos específicamente a hombres y a personas  jóvenes. Se debe de poner ya dentro del currículum la sexualidad, no la reproducción. La sexualidad de mujeres y hombres, también desde el sexo sentido y entendida como derecho y placer para Todas.

El plan de acción de desarrollo de la Ley Foral 14/2015, para actuar  contra la violencia hacia  las mujeres que marca las pautas en CAPÍTULO I. Detección y atención de la violencia en el ámbito sanitario, Artículo 21. Derecho a la atención sanitaria. Reconoce y garantiza el  derecho de todas las mujeres  a la sanidad pública  incluidas aquellas que están en nuestro país en situación de ilegalidad o refugiadas y/o  ejerciendo profesiones como la prostitución. Atender a las mujeres con diversidad funcional  y la violencia sexual. Una persona no puede estar bien si está en peligro su vida, si se mira su cuerpo solo como un objeto de uso y abuso.  

En sus Artículo 23 al 26 garantiza la  atención psicológica. Y el  desarrollo  de  Protocolos como  el de la Prevención y Actuación ante la Mutilación Genital Femenina. Potenciando el Foro  Navarro Contra  la trata, la formación de profesionales que trabajan directamente con mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual, un protocolo de actuación y recurso de acogida especifico

En relación a los casos de cáncer de mama, la detección es rápida y coordinada queda por mejorar las listas de espera en los servicios colaterales (cirugía plástica y reparadora, rehabilitación y las unidades de linfedema…) y la persona de seguimiento continuo.

Se ha puesto en marcha el protocolo sanitario para la fibromialgia y la fatiga crónica, con asignación presupuestaria y especial colaboración con las asociaciones implicadas, formación para personas profesionales y el primer grupo de tratamiento terapéutico colectivo. La endometriosis tiene ya un tratamiento  específico en la salud navarra.

El protocolo de actuación con personas transexuales es una realidad, especialmente con niños y niñas y  en educación. Se aprobó en junio 2017  la ley LGTBIy+ que recoge todo un capitulo en materia de garantías sanitarias para todos  los colectivos implicados en la misma. Y sobre todo una ley que garantiza el derecho a sentirse cada una como quiera y poder vivir con su sexo sentido sin ser patologizado. Comenzó en 2018 el programa SKOLAE en centros educativos, ahora toca que sea de obligado cumplimiento en todos los  centros escolares navarros, desde los 0/3 años hasta la Universidad.

Se está haciendo  formación  desde el  Departamento de salud en materia de salud y género, incorporando partidas específicas para ello desde  los presupuestos 2016 hasta la actualidad. No debemos olvidar que  la salud tiene género: se enferma de diferente manera en función del rol que se juegue y del sexo biológico que se tenga.

Esto es el gran avance y reto. Algo  que asegura la ley Foral  de abril 2019 de Igualdad  entre Mujeres y Hombres desde su preámbulo a todo su desarrollo pero específicamente en artículo 20 y en la  Sección cuarta. Artículos 50 y 51

La garantía de que se haga una revisión de género, es decir, desprejuiciada, de los conceptos de salud y enfermedad. "La marginación de la mujer en el ámbito de la medicina comenzó cuando el poder médico se fundamentó a partir de negar la experiencia y sabiduría de las matronas y sanadoras, que pasaron a convertirse en brujas", nos dice la experta Carmen Valls. El nuevo modelo planteaba que las enfermedades no tenían sexo, y que "estudiando a los hombres, ya estaban estudiadas todas las mujeres, menos en el embarazo y el parto".  Una corriente científica, fundamentalmente feminista, cambió el concepto hace 30 años al argumentar que "la salud de las mujeres dependía de problemas sociales y culturales, de la discriminación y la violencia que habían sufrido". "Que tengamos menos hierro no nos hace inferiores”.

Los estudios, nos demuestran como las mujeres han sido peor atendidas en la sanidad pública. Menos hospitalización, diferencias de tratamiento como por ejemplo en el caso de los infartos, con menos ensayos clínicos. Con menos tiempo de dedicación real excepto en atención primaria y encima cuando acuden a esta es para el resto de la familia, en su papel de cuidadoras de los demás. Hasta ahora, han tenido categoría de enfermedades aquellas que se producían en contextos laborales masculinos. Avancemos en este camino, permitiendo a las mujeres estar enfermas y ser atendidas. ¡No solo cuidadoras! Además, el hecho de cuidar de los demás también trae consigo enfermedades específicas. En ningún momento se ha valorado como factor de riesgo el hecho de tener trabajos infravalorados, mal pagados, temporales y encima para la gran mayoría, no considerados, como el trabajo doméstico.

Una salud, que nos ha mirado como enfermas, cuando no lo estábamos. Es necesario que se haga una revisión de los tratamiento actuales a las mujeres, cuando nos vamos haciendo mayores, ayudando a comprender el placer de madurar, dejando de vernos solo como “menopáusica”. En este sentido, cómo dice  Betty Friedan,  hay que hablar de la necesidad de luchar para disfrutar del inmenso placer de "una noche bien dormida” O el tratamiento victimista que se da  a las mujeres con temas como  el cáncer: no somos menos por tener o no una teta  o quedarnos calvas en un período de nuestra vida.

Queda mucho por avanzar y realizar. El feminismo tiene la clave. Las asociaciones la mirada avanzada y el Gobierno el deber de cumplir lo aprobado.  Este 28 de mayo: Todos los derechos sexuales y reproductivos para todas en todo el mundo.