Tudela es mucho más que una huerta, desde hace años nuestra ciudad y todo el planeta en general está sufriendo unos cambios muy profundos en el modelo productivo, de trabajo y de consumo.
Pero parece que en nuestra ciudad los mantras nunca cambian y el status quo es inmutable, algo que está forzando a marcharse a muchos Tudelanos que desde hace décadas se están viendo obligados a abandonar una ciudad obsesionada con la agricultura.
Muchos somos conscientes de que nuestros gobernantes son una pandilla de ababoles, y como tales permanecen constantemente absorbidos por la huerta que les rodea. Nuestra ciudad es mucho más que un yeso en la catedral, es mucho más que una alcachofa creciendo al fresco, es muchísimo más que una pandilla de hortelanos anclados en el pasado. Por eso debemos dejar de querer recuperar las glorias del pasado y empezar a trabajar en la Tudela del futuro, una ciudad avanzada y en la que todos los ciudadanos tengan las riendas de su futuro, he impidan qué les roben el futuro de sus hijos.
