Estamos inmersos en un proceso de cambios cuya dimensión aún no conocemos y en el que somos responsables de haber alimentado nuestra propia vulnerabilidad, alejándonos de cuestiones tan fundamentales como el uso equilibrado
de los recursos y la comprensión de los problemas de los otros.
Hace unos seis mil años que, allá por Mesopotamia, nuestros antepasados inventaron las ciudades para organizar adecuadamente la supervivencia de los grupos y para defenderse mejor juntos; -fuera de ellas quedaba la naturaleza salvaje, el territorio de los monstruos-. Pero quizás hemos ido demasiado lejos,
nos hemos olvidado tanto
de dónde venimos, que nos parece que nada funciona.
Y es que a pesar de los buenos tiempos cercanos, nuestras ciudades están como apagadas: la actividad comercial se va a los complejos de las periferias, sobran calles vacías en el centro y en las urbanizaciones de las afueras, los vecinos de los cascos viejos soportan problemas y ocios de toda la ciudad sin sentirse adecuadamente recompensados y los de los barrios se sienten olvidados...
Sabemos que nada volverá a ser como antes y que muchas cosas tienen que cambiar para que nuestro modelo urbano sea viable. Estamos también asimilando ideas y conceptos nuevos, muchos de ellos vinculados a la sostenibilidad económica, social y ambiental, como los de acupuntura urbana, pobreza energética... Tal vez nuestros dirigentes, nuestros profesionales, nuestros técnicos y nosotros mismos (ciudadanas y ciudadanos) tengamos que asumir el reto de vivir de otra manera para que todo esto no termine por derrumbarse.
Por todo esto, la ORVE de
a Ribera y el Ayuntamiento de Tudela organizamos las VII JORNADAS SOBRE VIVIENDA, RENOVACIÓN URBANA Y REHABILITACIÓN, centrándonos este año en la reflexión sobre estos tiempos de incertidumbre y con el convencimiento de que, más que nunca, como dijo Jaime Lerner, arquitecto y ex-Alcalde de Curitiba (Brasil), "la ciudad no es un problema, sino una solución".
Y es que la ciudad somos todos.
