Opinión

Tunez, queda esperanza

Vivimos en el país de la eterna noche donde los cuentos, por miles, inundan nuestra realidad y nos mantienen adormecidos. El ocaso perdura en un mundo de tontos. Sin embargo, ahí mismo, al otro lado del mar, el hambre y las mismas injusticias -pero sin tantas caretas- han producido el milagro... ¡La primera revolución del siglo XXI ha removido conciencias y ha movilizado calladas inquietudes!



Si la del '68 fue devorada por comunistas que anularon a anarquistas e idealistas hippies, esperemos que ésta no sea acallada con simples gestos de supuesta liberación, y frenada por los intereses del resto de dictadores norteafricanos e interesados occidentales, que parecen moverlo todo, para que nada cambie en una Mamá África otrora colonial.



Aquí, entretanto, las huestes del pensamiento se recrean en Grandes Hermanos mientras las iras del mercado se llevan por delante ceneenes de reflexión y diálogo. ¡Es lo que hay!

Por ello entiendo que hay que ver la de Tunez como una movilización pública germen de la que podría darse aquí, algún día en el que el sentido común asalte nuestro pacer permanente,

más allá del sálvese quien pueda.



Siempre se ha dicho que desde el mundo árabe, y en concreto desde el alma de sus mujeres, el mundo debería replantearse su destino. De modo que ahora que los "comunistas" chinos abren bancos en Europa, financiándonos la ineficacia que no compite con su dictador y explotador "Libre Mercado", puede que sea el mejor momento para, desde la esperanza, ansiar un mundo mejor, y hasta luchar por él.