Opinión

Todos juntos contra el terrorismo, mejor que dos

Esta es la frase de conclusión de la petición generalizada del debate realizado en el Congreso de los Diputados el día 15 de enero.

Una vez mas, Zapatero ha vuelto a dar una muestra de su talante y de su forma de hacer política. Cabe recordar, que es la primera vez que un Presidente del Gobierno comparece ante el Congreso tras la ruptura de una tregua de ETA, y lo ha hecho a petición propia.

El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, propuso en ese debate un GRAN CONSENSO DEMOCRÁTICO CONTRA EL TERRORISMO para conseguir la unidad de todos contra el terrorismo. Un gran consenso no sólo de los dos grandes partidos políticos, sino de todos los partidos democráticos. No sólo de los representantes de 20 millones de votantes, sino de 44 millones de ciudadanos. No sólo de las fuerzas políticas, sino también de las fuerzas sociales y cívicas, entre ellas representantes de ciudadanos inmigrantes.

Para los que se pregunten por qué se solicita esa unidad, les diré: que en la unidad nos va la defensa de valores que todos compartimos la vida, la libertad y la paz; que la unidad es la mejor forma de expresar la fortaleza de nuestra sociedad y su voluntad de no ceder a la extorsión de la violencia; y, porque la unidad de todos los partidos democráticos frente a la violencia y el terror, transmite dos poderosos mensajes, un mensaje de esperanza y confianza a la sociedad española y un mensaje de firmeza a la banda terrorista. Esté el partido que esté en el Gobierno, su actividad criminal es inútil.

El pasado día 30 de diciembre ETA, con su brutal atentado, puso fin al alto el fuego permanente que había declarado. Con ello, rompió el diálogo y el proceso de paz. Al hacerlo, tomó la peor decisión, una decisión criminal equivocada e inútil, así lo ha dicho el Gobierno de todos los españoles, aunque el PP quiera confundir a la ciudadanía.

Pero es necesario reiterar que el fin de la violencia no puede ni podrá comportar precio político, y que nunca habrá diálogo con violencia, ni con intentos de perpetuar la violencia.

En ese sentido, la resolución aprobada por el Congreso era muy clara: a ETA sólo le quedaba disolverse y, en caso de darse las condiciones adecuadas, el Gobierno podía iniciar un proceso dirigido a la conclusión dialogada de toda acción terrorista, sin contrapartidas políticas.

A nadie le debe caber ninguna duda sobre el objetivo primordial y noble de nuestro presidente de España, que es alcanzar la paz definitiva e irreversible para todos los ciudadanos y ciudadanas.

Es obligación de todo Presidente de un Gobierno democrático intentar poner fin a la violencia en su país y atender las aspiraciones de los ciudadanos de vivir sin atentados y sin amenazas.

Todos los Presidentes democráticos en España han hecho este intento, y lo han llevado a cabo haciendo compatibles la aplicación de medidas legales, policiales y judiciales con el intento de acabar con la violencia por medio del diálogo. Y siempre el Gobierno del PP contó con el respaldo, el apoyo y la colaboración del PSOE. No se puede decir lo mismo cuando el PP con Rajoy, Zaplana y Acebes están en la oposición. Es indecente la utilización del terrorismo con fines partidistas, y esa ha sido la actuación del Partido Popular desde que perdió las elecciones. Han perdido todo el sentido de Estado, si es que algo les quedaba.

Por otra parte, en Navarra, nos hemos hartado de oír al Sr. Sanz (siguiendo las directrices del PP) que Navarra está en juego, que habíamos entregado Navarra a Euzkadi, que Navarra era el precio político del proceso de paz... Hemos oído tantas y tantas barbaridades que, desgraciadamente, por los hechos acaecidos se ha demostrado que todo era mentira. Pero lo peor es que UPN y el Presidente de Navarra, Sr. Sanz, han antepuesto los intereses partidistas frente a los intereses del Estado, han jugado con Navarra y han utilizado los mensajes del miedo con fines electoralistas. ¡Cuanta irresponsabilidad por parte del Gobierno de UPN!

Pues bien, frente a los negativos agoreros de UPN-PP, el Gobierno socialista no ha cambiado la política antiterrorista, no ha modificado la ley de partidos, no ha bajado la guardia, la acción policial se ha mantenido con toda su eficacia y la Justicia ha continuado actuando, y tampoco se ha cambiad la política penitenciaria. Quien ha cambiado de estrategia ha sido el PP cuando ha pasado de gobernar a la oposición.