Opinión

Terrorismo con licencia

El pasado jueves se cometió la mayor aberración de nuestra frágil democracia desde un vestíbulo del Congreso de los Diputados. El presidente de España, Sr. Rodríguez Zapatero, anunció el inicio del diálogo con la banda terrorista ETA. El escepticismo y la esperanza de marzo se han convertido, por los modos y el contenido de sus manifestaciones, en vergüenza, bochorno e indignidad. En efecto, puede ser el principio del fin de muchas cosas y eso produce una profunda tristeza. ¿Será el fin de España como nación, de Navarra como comunidad diferenciada dentro de España, del Estado de Derecho como garante de la libertad, la igualdad y la justicia, de tantas cosas...? Pero ¿será el fin del terrorismo? El efecto que ha producido en el entorno batasuno se ha traducido en euforia y alegría, en contraposición con la pesadumbre y el desasosiego de las victimas y de la gran parte de los españoles. ¿Por qué será?

Aún hoy suenan los ecos difuminados de miembros del gobierno hablando de hacer lo imposible porque el PP y la AVT les apoyen en este camino hacia ninguna parte. La mentira y la manipulación se han instalado de tal manera en el gobierno socialista que cualquier manifestación que realizan obliga a creer en lo contrario. Su credibilidad es sencillamente inexistente. En este clima de complicidad se pervierten las palabras y la extorsión deja de ser un delito para ser una fuente obligada de financiación; las muertes ya no son viles asesinatos sino accidentes colaterales.

Sin haber verificado el cese definitivo de la violencia y la extorsión se inicia el dialogo con ETA, paralelamente el PSE se reunirá con Batasuna para mirarles a los ojos y decirles que tienen que legalizarse. Para qué tanta pantomima si ya lo tienen pactado. Y por fin lo que los extremistas tanto querían oír: “el Gobierno respetará las decisiones de los ciudadanos vascos que adopten libremente, respetando las normas legales.” Licencia para decidir su autodeterminación (independencia) como si la soberanía residiera en el pueblo vasco (como estado y nación), omitiendo intencionadamente que la soberanía reside únicamente en el pueblo español. Serán todos los españoles los que tengan que decidir, no sólo los vascos. Y por último, ¿por qué no ha dicho nada de Navarra? ¿O es que para Zapatero está muy claro que dentro de ese concepto de ciudadanos vascos y Euskadi están incluidos los navarros y Navarra?

Con esta actuación el Sr. Zapatero no sólo ha dado legitimidad a una banda terrorista sino a sus actos. Los españoles hemos estado soportando estos años sus asesinatos y extorsiones para nada. Mientras, a las victimas las dedica memoria, honor y dignidad. ¿Dónde está la justicia? ¿Todos los asesinos serán excarcelados porque el momento político que vivimos exige concesiones a los verdugos? Los nacionalistas-extremistas siguen reivindicando Navarra y la autodeterminación, y ahora resulta que con sus métodos terroristas han conseguido los fines que perseguían: licencia para matar y legitimidad para negociar, de tu a tu, con el gobierno de España.