“Después de 35 años, y a petición propia, dejo de prestar servicio en activo en el Cuerpo Nacional de Policía. Pasaré a la situación de segunda actividad sin destino, una prejubilación. Han sido 35 intensos años dedicados al servicio público, durante los que he tenido ocasión de comprobar como el ser humano es capaz realizar tanto los actos más desinteresados y sublimes como los más ruines. El terrorismo nos ha golpeado fuerte y cerca. Compañeros de mi promoción, algunos amigos personales, han caído vilmente asesinados por los irracionales de la banda terrorista. Espero que nuestros gobernantes y la sociedad sepan dar respuesta a esta situación que dura ya demasiados años y ha costado demasiadas vidas”.
